Asturias y Cantabria
Empezamos por los más cercanos. Pese a que el tiempo está loco, en el norte suele hacer siempre en verano una temperatura más agradable para salir en bici. También es cierto que te puedes encontrar dos días seguidos de lluvia o dos de altas temperaturas, pero no mucho más. La gran ventaja de estos destinos ciclistas de verano es que puedes combinar fácilmente rodadas tranquilas y sin demasiado desnivel cerca de la costa con adentrarte en la alta montaña. Es cierto que los picos no suben más allá de los 1.500/1.600 metros de altitud, pero debes tener en cuenta que muchos de ellos parten de nivel cero.
En Asturias tienes tres ejes fundamentales. El situado más al este, con base en Arriondas o Cangas de Onis, desde donde puedes afrontar Lagos de Covadonga, Jitu de Escarandi, Mirador del Fito, Casielles, todo el Valle del Ponga o bajar hasta la costa y Ribadesella. En el centro, desde los alrededores de Oviedo, está a tiro de piedra Cobertoria, Angliru, La Cubilla o San Lorenzo, puertos de máximo nivel. Y la montaña oriental, más desconocida, pero con base en Cangas del Narcea y rutas por El Acebo o el Connio.
En Cantabria la alta montaña la encuentras en los Valles Pasiegos. Liérganes puede ser un buen lugar para lanzarse a subir Alisas, Lunada, Portillo de La Sia, el Caracol, Estacas de Trueba o las rampas imposibles de Los Machucos. También rodar por la costa hacia Laredo o Castro Urdiales en busca de playas y terreno más llano. Desde Santillana del Mar tienes toda la costa o la opción de hacer etapas más largas para subir por Piedrasluengas o la trilogia Hoz, Ozalva y Carmona. Y cogiendo el coche tampoco está demasiado lejos el Pico Jano.
Circos de Troumouse y Gavarnie (Pirineos)
Son quizás dos de los puertos con mejores paisajes de los Pirineos, pero sin la fama de sus ‘vecinos’ Tourmalet, Aubisque o Luz Ardiden porque jamás el Tour de Francia ha visitado sus cumbres. La razón es que forman parte de un espacio protegido y eso en Francia supone pocas opciones para recibir un gran evento. Además, el Tour necesita espacio e infraestructura para poder colocar una meta y en ambos casos son carreteras que no tienen bajada hacia la otra cara y eso dificulta siempre la logística.
Para ir a los circos de Gavarnie y Troumouse hay que partir de Luz Saint Sauver en dirección al sur. Una sola carretera nos llevará a las dos cimas. Después de 15 kilómetros de pedaleo en el pueblo de Gedre está la ascensión al Circo de Troumuse. Giro a la izquierda y desde allí 17 kilómetros de puerto en los que se salvan más de 1.000 metros de desnivel. Carretera antigua, aunque en buen estado y un final con curvas de herradura y cerrado al tráfico que no vas a olvidar. Para ir a Gavarnie solo tienes que bajar por la misma carretera y al llegar al cruce girar a la izquierda. Primero tienes 9 kilómetros de subida constante, aunque sin grandes rampas, hasta el pueblo de Gavarnie, y después 10 más con una media del 8% hasta la cima del Col des Tentes-Boucharo-Gavarnie a 2.200 metros de altitud (algo más que Tourmalet)
Dolomitas (Italia)
Si has visto el Giro de Italia seguro que te has quedado prendado del destino ciclista por excelencia para verano. La riqueza paisajistica de Dolomitas es incomparable. Allí casi cualquiera puerto que quieras ascender te va a regalar una vistas que jamás vas a olvidar. La temperatura suele ser muy suave (la mayoría de los pueblos están a más de 1.000 metros de altitud), eso sí, por la tarde suele haber tormentas.
Podes coger Corvara in Badia o Arabba como eje. La oferta hotelera es de alta calidad, asi que cualquier hotel o apartamento no te va a defraudar. Desde allí tienes a ‘tiro’ de pedal los puertos de la Sella Ronda. Pordoi, Sella, Val Gardena y Campolongo, pero también Falzarego, Passo Giau, Tre Cime di Lavaredo, Marmolada, Passo del Erbe o Passo di Furcia. Y moviéndote en coche puedes llegar a Costalunga, Passo Rolle o Passo Manghen. Pura esencia del Giro de Italia.
Flandes (Bélgica)
Si tu forma física no te da para grandes puertos o si lo que te gusta son las clásicas y el ciclismo vintage, tu destino es Flandes. Esta región de Bélgica es prácticamente llana y el divertimiento está en afrontar pequeños muros y tramos de adoquines que forman parte del Tour de Flandes o de alguna de los cientos de carreras que allí se organizan. Es más, si vas en verano es fácil que coincidas con alguna carrera profesional.
Además de la buena temperatura, nunca hay calor excesivo, también tienes ciudad monumentales como Gante, Brujas o Lovaina para visitar después de una buena ruta en bici. Y museo ciclistas, como el del Tour de Flandes en Oudenaarde o Koers en Roeselare. Si es la primera vez que vas puedes guiarte por el Flandrien Challenge, una serie de rutas por Flandes que te permite subir todos los muros importantes y conocer los tramos adoquinados más famosos del ciclismo profesional. Alojamiento puedes encontrar en Oudenaarde, muy cerca del Museo del Tour de Flandes.