Evenepoel se une al club de las grandes vueltas

Escrito por Luis Ortega @ciclored

En enero de 2019 el ciclismo todavía estaba dominado por ciclistas veteranos. El Tour lo había ganado el año anterior Geraint Thomas con 32, el Giro Froome con 33 y en La Vuelta dominó Simon Yates con 25 años y segundo fue una promesa llamada Enric Mas que tenía 23 y que necesitaba maduración. Todo cambió esa temporada. La concentración del equipo de Lefevre era un hervidero de periodistas esperando a Remco Evenepoel, que había ganado los mundiales júnior, pero que todavía no había dado una pedalada en profesional.

Lo suyo parecía un caso extraño. Un ciclista que pasaba directamente al World Tour sin el filtro de sub-23 y a un equipo tan potente como el belga. Le habían bautizado ya como el nuevo Eddy Merckx (otro más). Se vaticinaba que necesitaría un proceso de adaptación y maduración para empezar a ganar. Un año al menos. No hizo falta tanto. La Clásica de San Sebastián fue su triunfo más sonado, justo una semana después de que Egan Bernal, por entonces 21 años, batiese el récord de juventud moderno de un ganador de Tour de Francia. Un mes más tarde, Tadej Pogacar, de sólo 20 años, se subía al podio de La Vuelta en su debut en una grande de tres semanas. Estaba formada la trilogía de juventud para el futuro. Bernal (1997), Pogacar (1998) y Remco Evenepoel (2000)

Progresión

Bernal, con un Tour en el bolsillo, fracasó en el de 2020, pero lo ganó Pogacar, que doblabla la apuesta de joven ciclista capaz de ganarlo casi todo. El futuro de Evenepoel era probar en el Giro o en La Vuelta otoñales, pero la caída del Giro de Lombardia en agosto, con doble fractura de cadera, le dejó fuera de competición más de seis meses. Retornó en el Giro de Italia de 2021, aguantó 10 etapas, se desfondó en Dolomitas, y vio como Egan Bernal volvía a ganar una grande.

Exhibición en la prueba en ruta del Mundial de Flandes 2021, aunque sin premio, y en 2022 había llegado un momento clave en la carrera. Una temporada completa para hacer una buena planificación, marcar objetivos, y ver si era un ciclista para pruebas de un día y vuelta de una semana o si el motor le daba también para optar a las tres semanas.

Y por ahora Remco lo ha bordado. Fue líder en la Itzulia hasta el penúltimo día, pero en Lieja Bastogne Lieja se exhibió con un ataque en La Redoute a 30 de meta delante de todos los favoritos. Nadie pudo seguirle ni recortar tiempo en Roche Aux Faucons, ni mucho menos en los dos kilómetros llanos hasta Lieja. En la Clásica de San Sebastián, mismo modus operandi. Ataque a 40 meta en la zona más dura de Erlaitz y solo hasta la línea de meta.

La Vuelta

Aún así, con 22 años, esta Vuelta a España iba a ser su primera grande como favorito. En la previa se quitó presión. “Quiero un top 10 y ganar etapas”, pero era evidente que el Quick Step había diseñado un equipo sin sprinters, todos gregarios pendientes de Remco, incluso Alaphilippe. Algo muy extraño en los conjuntos de Levefre, que en más de 20 años de historia y unos 50 triunfos anuales de media jamás habían ganado una carrera de tres semanas.

El triunfo de Remco se ha cimentado en las exhibiciones de la primera semana en la montaña, corta y con grandes desniveles. En el Pico Jano pudo con Roglic, pero no con Enric Mas, en el Collau Fancuaya acabaron en empate técnico y en Les Praeres, una Redoute alargada, se distanció de todos los favoritos y demostró que hasta entonces era el más fuerte.

Las diferencias de la crono de Alicante no fueron una sorpresa para nadie. Tampoco que, después de la caída bajando a Coín, aguantase sin problemas en Peñas Blancas. Y casi era esperado que algún día fallase, y lo hizo en La Pandera. Se le fue Roglic, pero también Enric Mas y las dos jóvenes promesas españolas, Carlos Rodríguez y Juan Ayuso (si, más púberes que Remco todavía, nacidos en 2001 y 2002 respectivamente). El síntoma de debilidad se podría haber alargado en la ascensión a Sierra Nevada por Hazallanas, la más dura de esta Vuelta. Pero solventó la papeleta con tranquilidad. Dejó a Enric Más, que estaba a tres minutos, que se marchase, y solo se preocupó de Roglic, que nada más que pudo arrancarle 20 segundos en el rush final.

Aún así, había dudas para la tercera semana. No solo porque Remco era inexperto en este tipo de lides, sino porque Primoz Roglic estaba a poco más de un minuto y en franca progresión. Su Jumbo-Visma le podía poner en un brete, pero nos quedamos sin saberlo. La delgada línea fue un ataque valiente del esloveno en el repecho final de Tomares y su caída después de chocar con Fred Wrigth. Herido, sangrante y con golpes por todo el cuerpo el esloveno se fue a casa y Remco se quitó de enmedio su mayor problema.

Quedaban tres llegadas en alto, pero ninguna con grandes desniveles o de mucha longitud y solo un rival con opciones reales, Enric Mas. El trabajo de Remco era sencillo, seguir la rueda del mallorquín. El corredor de Movistar le arrancó tres veces en el Monasterio de Tentudía y el belga aguantó sin problemas. Al día siguiente en Piornal Enric lo volvió a intentar, con similar resultado. Un 5% era demasiado poco para soltar a Remco, que incluso le remató en la meta y se llevó el triunfo de etapa.

En la Sierra de Guadarrama el Movistar planteó la batalla. Dos hombres por delante, Valverde y Mühlberger, y la idea de hacer de cabeza de puente a partir de La Morcuera si Enric Mas conseguía soltar a Remco Evenepoel. Vamos, la estrategia Dumoulin 2015. Ni un metro le concedió el belga y todo quedó visto para sentencia en Cotos. Fue la etapa 20 más tranquila de las últimas 3 ediciones (Covatilla 2020/Mos 2021).

¿Y ahora el Tour?

Remco celebró la victoria en La Cibeles con una emoción que pocas veces se ha visto en un ganador. Lejos del protocolo acabó bañado en champagne por Enric Mas y Juan Ayuso (20 años, ojo) en el podio con una media de edad más joven de los últimos 70 años. Levantó dos docenas de veces el trofeo al aire, le mantearon los compañeros de equipo… Nada que ver con la sobriedad de Roglic, Yates, Froome o Contador, los últimos cuatro ganadores de la ronda española.

Y claro, cuando un ciclista gana La Vuelta la siguiente pregunta, y más si es joven, es ¿podrá con el Tour? Porque el ciclismo, pese a todas las evoluciones que quieren meter, siempre es el Tour. Todos los patrocinadores quieren lucir su logo en el podio de Paris y meten presión para ello, aunque es cierto que el único conjunto que se ‘conforma’ con Tour de Flandes, Paris Roubaix y Lieja Bastogne Lieja es el Quick Step de Remco y Lefevre. Pero Paris sigue siendo un caramelo demasiado dulce para, al menos, no opositar a él.

Todavía es pronto para elucubrar y habrá que esperar a los recorridos de Giro, Tour y Vuelta de 2023 para ver qué decide hacer Lefevre con Remco. Los que tengan más kilómetros de crono y menos de alta montaña le favorecen, en teoría, sobre Pogacar y Vingegaard y el resto de rivales.

Lo que está claro es que Evenepoel ya ha empezado el camino para pelear por la rondas de tres semanas. Su rival generacional será Pogacar, que el mismo día que Remco ganaba en Madrid se permitía el lujo de batir a Van Aert en el sprint en cuesta de Montreal y, dependiendo de como evolucione, Egan Bernal. En la recámara del Ineos está Carlos Rodríguez y en la del UAE Juan Ayuso. El Jumbo Visma sigue teniendo a último ganador de Tour, Jonas Vingegaard y a Primoz Roglic. Y bueno, siempre hay que mirar al último ganador del Tour del Porvenir. Se llama Cian Uijtdebroeks, es belga, nació en 2003 (un año menos que Ayuso), ya corre en el Bora y todos le comparan con Remco… cuando Evenepoel todavía está en el prólogo de su carrera profesional.