El esloveno es un rara avis en el ciclismo. Pasó al deporte de las dos ruedas después de caerse en los saltos de esquí, su deporte primigenio. Se perdió toda la fase de escuelas de ciclismo, Debutó en profesionales en 2013, con 23 años, en el Continental Adria Mobil. No pasó a las carreras World Tour hasta el 2016 con el entonces Lotto-Jumbo, pero debutó en la elite con una victoria y un segundo puesto en las cronos del Giro de Italia. Había nivel.
Roglic lleva menos de una década entre los mejores del ciclismo mundial. El tiempo que suelen rendir la mayoría de los ciclistas, así que pese a su edad todavía le quedan, al menos, uno o dos años a máximo rendimiento. Ese fue el objetivo del Red Bull Bora con su fichaje en 2024 y ya ya ha sacado sus primeros resultados. Esta temporada ha resuelto ‘su’ Vuelta, la carrera que ha dominado a la perfección. De seis participaciones desde 2019 se ha llevado cuatro. No ganó las de 2022, caído cuando estaba remontando a Remco Evenepoel, y la de 2023, parado por sus jefes de Visma para preservar el liderato de Sepp Kuss.
Sus números van más allá. 15 victorias de etapa, 40 días vestido de rojo y una solvencia inaudita para derrotar a sus rivales. Realmente solo le hizo sufrir Richard Carapaz en aquella vuelta pandémica de 2020 subiendo La Covatilla, cuando tuvo que echar mano de la ayuda externa del Movistar. Ya había perdido a ultimísima hora el Tour 2020 en la cronoescalada de La Plagne des Belles Filles y solo impidió que se repitiese la historia un mes después por un puñado de segundos.
En 2019, el año de la eclosión de Pogacar y el último podio de Valverde no había tenido rivales cuesta arriba ni en la crono. Solo pudo perder la carrera dos veces. Una camino de Guadalajara cuando se desató la batalla del viento y se le marchó por delante medio pelotón, solo en Astaná de Miguel Angel López salió en su ayuda para cerrar diferencias. Al día siguiente una caída en Escalona (Toledo) mientras atacaba Movistar también le pudo poner en problemas, pero se apagó el incendio a tiempo.
La Vuelta de 2021 fue la más plácida para el esloveno. Dominó de principio a fin y solo tuvo como rivales a un Enric Mas sin capacidad de soltarle en la montaña. Y a un Egan Bernal valiente, pero sin las piernas de temporadas atrás.
LA VUELTA 2024
Después de las dos ocasiones fallidas de 2022 y 2023 (aunque el año pasado ya llegaba con el Giro de Italia en la mochila) para este 2024 en la salida de Lisboa era el claro favorito, pese a las dudas provocadas por la caída del Tour y sus problemas con la espalda. Había más de una decena de posibles rivales que se fueron cayendo por su propio peso. De los UAE, Almeida no pasó de la primera semana por COVID y Yates solo apareció en Granada para volver a desaparecer, mientras que Sivakov todavía no tiene nivel para la Vuelta de tres semana. En el Visma el líder era Sepp Kuss, que esta temporada ha acusado las tres grandes de 2023. Jamás estuvo con opciones de carrera. Tampoco el joven Uitjdebroecks, que acabó yéndose a casa, como en el Giro.
Con los dos equipos más ‘caros’ del mundo desmontados quedaba el tercero. Del Ineos el líder era Carlos Rodríguez, que siempre estuvo un paso por detrás del resto de los favoritos y acabó desfondado subiendo el Puerto de los Tornos en la penúltima etapa.
La resistencia a Primoz Roglic quedó reducida dos viejos rivales, Enric Mas, que casi siempre rinde en La Vuelta, Richard Carapaz, un valiente al que se le acabaron las fueras y el inesperado Ben O’Connor, que aguantó durante más de días la ventaja adquirida en Yunquera en la sexta etapa. La pelea con el australiano siempre fue desigual. El corredor del Decathlon se limitaba a encender la calculadora y no perder demasiado tiempo cuando el esloveno arrancaba cuesta arriba.
La Vuelta 2024 de Roglic nunca corrió peligro. Al esloveno solo le soltó Enric Mas en HazaLlanas para volver al redil camino de Granada. Y un puñado de metros en Cuitu Negro y Lagos de Covadonga, pero sin arrebatarle ni tan siquiera un segundo en meta. Carapaz solo le sacó algo tiempo en Granada y atacando desde lejos cuando el ecuatoriano andaba lejos en la clasificación general. Con respecto a ambos al esloveno todavía le quedaba la baza de la contrarreloj de Madrid. Mikel Landa también anduvo bullicioso en esta Vuelta, pero siempre lejos de Roglic, solo el ‘Landismo’ confiaba en una remontada que nunca llegó. Skjelmose, quinto, y Gaudu, sexto, jamás se acercaron al esloveno en la general y solo al final de La Vuelta dieron un paso adelante para buscar etapas y un buen puesto en la general.
Ahora el esloveno es el récordman de La Vuelta junto a Roberto Heras. Ambos tienen cuatro pero mientras que sobre el salmantino siempre habrá un velo de dudas. Su cuarta Vuelta acabó con un positivo por EPO, fue el final de su carrera deportiva y solo recuperó el título en los juzgados. Rpglic tiene el carnet impoluto.