El sterrato de Jaén ama a los solistas

Escrito por Luis Ortega @ciclored

Tres ediciones de la carrera del sterrato de Jaén y tres victorias en solitario. Cuando esto sucede en una carrera de solo 150 kilómetros y 2.000 metros de desnivel quiere decir que el recorrido es lo suficientemente extremo para que sucedan muchas cosas. Cada uno a su manera, pero Lutsenko en 2023, Pogacar en 2023 y ahora Oier Lazkano en 2024 han levantado los brazos en Úbeda y Baeza sin oponentes al lado y con exhibiciones desde lejos.

En esta edición Jaén Paraíso Interior pretendía dar más entidad al sterrato. Se pasan a casi 55 kilómetros de caminos de tierra divididos en nueve sectores. Casi los mismos que en la Strade Bianche. Pero la tierra de Jaén no es la misma que la Toscana. En Italia, por mucho que llueva, el agua se filtra y solo deja una fina capa de barro. Pasó en 2018, cuando estuvo seis días seguidos lloviendo en Siena. El sábado en la carrera profesional solo había un ligero barro mientras el diluvio y al día siguiente en la versión cicloturista ya estaba todo completamente seco. En los caminos entre Úbeda y Baeza hay más arcilla, que cuando llueve se acaba convirtiendo en un barro denso y solido que impide a las bicis de carretera rodar. El barro se acumula en el paso de rueda y forma un bloque. Los corredores del Q36.5 ya lo habían enseñado en la previa en su cuenta de Instagram.

Por eso el sterrato se redujo a cuatro tramos y solo 17 kilómetros, los más cercanos a Úbeda y Baeza. El último, el de Virgen de la Salud, era el mismo en el que terminaba la edición de 2023, aunque ese día se bajaba rápidamente a Baeza y en este 2024 había que retornar a Úbeda por una carretera que casi siempre pica para abajo.

El pinchazo de Van Aert

Pese a la versión reducida de sterrato, hizo su efecto. Además en todas sus posibles variantes y siendo decisiva. La primera en forma de avería mecánica. El gran favorito, Wout Van Aert, pinchó nada más empezar el primer tramo de tierra. Quedaban todavía casi 50 kilómetros. Cambió rápido la rueda trasera con un compañero, arrancó, tuvo un gregario a su servicio…. pero la alianza de Ineos y UAE le dejó sin opciones. El especialista en barro fuera a las primeras de cambio.

Otro favorito. Carlos Rodríguez, se quedó fuera entre en segundo y el tercer tramo de sterrato por otro problema mecánico. Eso dejaba al Ineos sin líder y al reducido pelotón de favoritos con un mar de dudas.

Sin todo el Visma trabajando en el pelotón, con el Ineos dudando y con el UAE esperando a ver las evoluciones de Arrieta en cabeza,  la misión de echar abajo una fuga de kilates con Lazkano y Arrieta como máximos exponentes y con Prodhomme como invitado inesperado se hacía más complicada.

La exhibición

Fue el momento en el que empezó la exhibición. Ya había sido el que más había tirado del grupo de fugados desde el inicio, cuando también estaban Cepeda y Moleenar, pero cuando entró en el sterrato arrancó sin mirar atrás. Arrieta duró un tramo y Prodhomme le salió respondón. Dos veces estuvo a punto de soltarle, pero el francés aguantaba. Dos minutos de ventaja en la entrada del último de tramo, Virgen de la Salud, sobre un grupo en el que ya solo estaban Kuss, Tratnik, Wellens y Tronchon haciendo labores de losa para Prodhomme.

Parecía suficiente si no sexteaban mucho. Lo hicieron. Algún parón. Una arrancada de Prodhomme que estuvo a punto de salirle bien, pero Lazkano remontó en la parte más dura del tramo de sterrato. Sentado, sin levantarse, subió a base de fuerza para abrir un hueco definitivo con el francés. Por detrás Tratnik y Kuss trabajaban, pero sin la fuerza necesaria para recortar tiempo.

Al salir del tramo la ventaja se había estabilizado en 40 segundos. Suficientes para un rodador como Lazkano. En esos momentos el ciclista no disfruta. Agoniza a 190 pulsaciones pensando que por detrás todavía pueden llegar los lobos. Lo dijo Oier cuando entró en meta con tiempo para disfrutar en los últimos 200 metros. Eso rara vez pasa. Cuando sucede significa que el triunfo ha sido de los que se recuerdan.