Maternidad y ciclismo profesional: Los cambios

Escrito por Megan Flottorp

En su vida como ciclistas, las corredoras se ven inmersas en un deporte dinámico que evoluciona continuamente. Entre los innumerables retos que afrontan, una de las experiencias más transformadoras para muchas de ellas es el embarazo. Este acontecimiento vital fundamental no sólo modifica el cuerpo de la mujer, introduciendo profundos cambios en su forma física, sino que también marca un enorme cambio en el tiempo, la energía y las prioridades disponibles. Así está ahora mismo la relación entre maternidad y ciclismo profesional.

En este artículo queremos analizar los cambios que se están produciendo en el mundo del ciclismo profesional en relación con la maternidad, destacando la evolución de las políticas y actitudes que permiten a las deportistas combinar ambos roles. Aunque reconocemos que aún queda mucho trabajo por hacer, iluminamos un camino en el que un nuevo apoyo y una determinación inquebrantable están llevando a más ciclistas profesionales a integrar con éxito ambas facetas de sus vidas.

Contexto histórico

En el mundo del ciclismo profesional, deportistas de la talla de Marta Bastianelli y Lizzie Deignan destacan como ejemplos de atletas de alto nivel que fueron de las primeras en abrazar tanto la competición como la maternidad. Sus éxitos, que recuerdan a los de iconos como Serena Williams y Jessica Ennis-Hill en el tenis y el atletismo, muestran la resistencia y la fuerza de las mujeres deportistas después del embarazo. Sin embargo, estas historias también ponen de relieve los retos a los que se enfrenta la comunidad ciclista y deportiva y que hacen que el camino de la maternidad sea complejo para las mujeres profesionales.

Marta Bastianelli, la única ciclista profesional de carretera que fue madre en su momento, se enfrentó a la lucha de volver al ciclismo de competición tras el parto. Lizzie Deignan también ha destacado la importancia del apoyo del equipo y de la estabilidad financiera para facilitar la transición de vuelta a la competición tras la maternidad. Las experiencias de estas atletas subrayan la necesidad de un sistema más solidario en el ciclismo y el deporte, que reconozca y facilite el singular viaje de las mujeres que deciden compaginar carrera y maternidad.

Cambiando actitudes

Aunque historias de éxito como las mencionadas anteriormente, o las victorias olímpicas de Kristin Armstrong (se retiró en 2009 para dar a luz después de ganar su primer título olímpico el año anterior, luego volvió para ganar el oro de nuevo en Londres en 2012 y se alzó con la victoria en Río cuatro años más tarde) inspiran, es evidente que tales ejemplos solían ser relativamente escasos en el ciclismo profesional de carretera. Otras disciplinas, como el ciclismo en pista, el ciclismo de montaña y el ciclocross, también vieron a atletas como Laura Kenny, Sarah Storey, Gunn-Rita Dahle Flesjå, Loes Sels, Denise Betsema y Kim Van de Steene combinar con éxito la maternidad con el ciclismo de competición, pero sus experiencias no eran en absoluto la norma. Hasta hace relativamente poco, a la mayoría de las deportistas profesionales les costaba encontrar la manera de conciliar ambos roles.

Afortunadamente, se está llevando a cabo una labor política de enorme repercusión para garantizar que más mujeres deportistas tengan la oportunidad de combinar su pasión por el deporte y la familia como una opción viable. La introducción de una cláusula de maternidad por parte de la UCI en 2020, defendida y encabezada por la Alianza de Ciclistas, supuso un paso positivo hacia el apoyo a las deportistas durante y después del embarazo.

Esta normativa garantiza que las ciclistas reciban tres meses de salario completo y cinco meses adicionales al 50%, aunque con algunas variaciones en función de los compromisos de los equipos y del sistema Women’s WorldTour. Por supuesto, las ciclistas también tienen derecho a las prestaciones de maternidad exigidas por el Estado, pero esto varía mucho de un país a otro.

Baja por maternidad: Evolución

Sin embargo, a pesar de que el derecho a un permiso de maternidad remunerado y protegido se introdujo hace varios años, todavía se está asentando en el panorama ciclista. Deignan, por ejemplo, ha reconocido las variaciones culturales en las expectativas, citando las marcadas diferencias entre las generosas políticas de baja por maternidad del Reino Unido y las limitadas prestaciones de otros países.

Aunque los progresos son evidentes, se reconoce que se puede hacer más. Los recientes cambios que permiten a los equipos contratar a ciclistas de sustitución durante la baja por maternidad demuestran un cambio positivo. Aun así, el camino hacia el establecimiento de políticas integrales de apoyo a los deportistas de ambos sexos sigue su curso. Deignan también ha señalado la necesidad de incluir cláusulas de paternidad en los contratos de los hombres, lo que subraya las primeras etapas de la comprensión y aplicación de medidas que se adapten a las diversas necesidades de los atletas que navegan entre la planificación familiar y las carreras ciclistas profesionales.

Historias de éxito de maternidad

Pero estas políticas ya están surtiendo efecto. Además de las extraordinarias atletas antes mencionadas, muchas mujeres están logrando con éxito el delicado equilibrio entre el ciclismo profesional y la maternidad, desafiando las normas tradicionales y demostrando que perseguir ambos sueños no sólo es factible, sino también estimulante.

Un salto de fe: Elinor Barker

Una atleta profundamente influida por la trayectoria de Lizzie Deignan es Elinor Barker, cinco veces campeona del mundo y ciclista profesional del equipo Uno-X. Barker descubrió su embarazo inmediatamente después de la persecución por equipos en Tokio, lo que provocó un momento de incertidumbre sobre su carrera ciclista. Reflexionando sobre sus opciones durante un largo vuelo de regreso a casa, Barker decidió que no estaba preparada para retirarse y que quería seguir en el ciclismo, dependiendo del apoyo disponible.

El equipo Uno-X, que apoyó notablemente la situación de Barker, desempeñó un papel fundamental en su decisión de dedicarse a la maternidad y al ciclismo. “De hecho, los jefes de Uno-X fueron de las primeras personas con las que hablé”, explica Barker. “Me apoyaron muchísimo. El mensaje que me envió Jens Haugland [director del equipo Uno-X] cuando se enteró de que estaba embarazada fue una de las cosas más bonitas que he leído nunca. Era tan bonito, tan solidario. Me hizo pensar que podía hacerlo”. El apoyo abierto de equipos como Uno-X refleja una tendencia positiva en los últimos tres años, que influye en las percepciones y muestra las posibilidades de las mujeres en el ciclismo profesional.

Seguir compitiendo durante el embarazo: Joss Lowden

Los periodos de embarazo suponen sin duda un reto para las deportistas, ya que muchas se ven obligadas a renunciar al control sobre su cuerpo y su forma física. Aunque la maternidad introduce un elemento de imprevisibilidad, afecta a las ciclistas que prosperan con regímenes de entrenamiento meticulosamente planificados. Joss Lowden, una ciclista de 35 años que también corre para Uno-X, se comprometió desde el principio a combinar ciclismo y maternidad, pero se enfrentó al reto físico. Reconociendo la imprevisibilidad que introduce la maternidad, Lowden desafió las expectativas demostrando su eficacia en el ciclismo durante el embarazo. Sorprendentemente, regresó de un recorrido de dos horas y media en Andorra tres semanas antes de la fecha prevista para el parto.

Al enfrentarse a terrenos difíciles y establecer récords personales, las osadas aventuras de Lowden, incluso en el octavo mes de embarazo, subrayan su determinación de demostrar que la maternidad no es un parón, sino un nuevo capítulo en su trayectoria ciclista.

Profesional después del embarazo: Antri Christoforou

Antri Christoforou, campeona nacional chipriota de ciclismo en ruta, se enfrentó a un giro inesperado en su carrera ciclista cuando descubrió su embarazo justo antes de incorporarse a un equipo con sede en el Reino Unido en 2015. A pesar de la incertidumbre inicial, Christoforou abrazó la maternidad y aparcó temporalmente su carrera ciclista. Sin embargo, una oportunidad con el equipo nacional en 2016 marcó su regreso al ciclismo de competición.

Antes de la invitación, no estaba segura de cuál sería su futuro en el ciclismo, pero la decisión de ir acabaría sirviéndole de trampolín hacia las filas profesionales.

“Recibimos una invitación de Israel para algunas carreras, carreras UCI o puntos para la clasificación olímpica. A mí me faltaba porque estuve un año fuera. Nos invitaron, y dije: vamos a ver”, cuenta Christoforou. “Fuimos con el equipo nacional, y gané esas carreras, así que conseguí muchos puntos. Primero fue la invitación y luego la motivación para volver a subirme a la bici”.

Reinas de regreso: Chantal Van Den Broek-Blaak y Ellen van Dijk

Dos ejemplos más recientes, los de la ex campeona del mundo Chantal Van Den Broek-Blaak y Ellen van Dijk, también ejemplifican el espíritu de los regresos tras la maternidad en el ciclismo profesional. Chantal, tras un paréntesis de un año disfrutando de las responsabilidades de la maternidad, vuelve a la carga con el equipo ciclista SD Worx-Protime. La ciclista de 34 años se prepara para un regreso extraordinario, con la vista puesta en el Tour de Francia Femenino con Zwift.

Asimismo, Ellen van Dijk dio a luz a su primer hijo en octubre de 2023 y está preparada para volver al pelotón profesional en 2024. La tricampeona del mundo de contrarreloj da crédito al ejemplo dado por su compañera de equipo Lizzie Deignan en lo que respecta a conciliar la carrera profesional y la vida familiar. A pesar de reconocer la importancia de la familia, van Dijk sigue empeñada en prolongar su carrera ciclista al menos hasta 2025.

Un futuro brillante por delante

En última instancia, estas historias de éxito ilustran la evolución del panorama del ciclismo profesional, en el que las mujeres tienen la opción de integrar la maternidad con sus actividades deportivas. Aunque los retos persisten, el creciente reconocimiento de los derechos de maternidad y la evolución de las actitudes dentro de la comunidad ciclista dibujan un panorama prometedor. Al tiempo que celebramos los triunfos de estas atletas, reconocemos el camino que queda por recorrer para crear un entorno más integrador y favorable para que las ciclistas puedan dedicarse a sus pasiones sin complejos, dentro y fuera del sillín.