La cobertura de las carreras femeninas

Escrito por Megan Flottorp

Hasta ahora ha sido una temporada de carreras increíble, y ahora que nos preparamos para algunas de las pruebas más importantes del calendario, queríamos hacer balance del estado de la cobertura de las carreras femeninas, el impacto que está teniendo, además de lo que le falta y lo que esperamos ver en el futuro.

En pocas palabras, el aumento de la cobertura mediática del ciclismo femenino está transformando el deporte, atrayendo a un público más amplio y despertando un nuevo entusiasmo entre los aficionados de todo el mundo. El ejemplo más notable de esta tendencia es el éxito del Tour de France Femmes avec Zwift de los dos últimos años, que atrajo a un gran número de espectadores y cautivó la atención de una audiencia mundial. Al término de las carreras, los organizadores informaron de cifras récord de audiencia televisiva, lo que demuestra un hito significativo en la historia de este deporte.

Sin embargo, para mantener y consolidar este progreso, es crucial asegurarnos de que estamos contando la historia completa y llena de matices del ciclismo femenino. Al hacerlo, podemos fomentar una narrativa más rica e inclusiva que apoye el crecimiento continuo del deporte y a las extraordinarias atletas que lo impulsan.

El Tour de 2022 marca la pauta

El acontecimiento, retransmitido con una media de 2,25 millones de telespectadores en Francia y que alcanzó un máximo de 5,1 millones en su fase final, también tuvo una gran audiencia en toda Europa, con Eurosport registrando la asombrosa cifra de 14 millones de telespectadores. En los Países Bajos, el 45% de la audiencia televisiva sintonizó la televisión para presenciar el espectáculo. Esta oleada de interés continuó pocos días después con el Tour de Escandinavia, que puso de relieve el creciente apetito por el ciclismo femenino. La carrera escandinava se amplió a seis etapas en tres países y atrajo a la impresionante cifra de 4,6 millones de espectadores sólo en Eurosport, con una estimación de 16 millones si se incluyen otras plataformas y las retransmisiones en diferido. Las estadísticas de la edición del año pasado fueron igualmente convincentes.

El efecto expansivo de la cobertura

El aumento de la atención mediática sobre el ciclismo femenino ha cambiado radicalmente el panorama de este deporte. La Unión Ciclista Internacional (UCI) exige ahora un mínimo de 45 minutos de cobertura en directo para que una carrera pueda optar al estatus de WorldTour Femenino, un estándar que tanto el Tour de France Femmes como el Tour de Escandinavia han superado con creces, emitiendo cada día más del doble de la cantidad requerida. Este aumento sustancial de la cobertura ha tenido un impacto positivo directo en las cifras de audiencia.

El adagio “Si lo muestras, lo verán” es válido en este contexto. Desde que la UCI introdujo su regla de los 45 minutos, las cifras de audiencia de algunas de las carreras femeninas más importantes se han disparado. Por ejemplo, el Tour de Flandes vio cómo la audiencia local flamenca de la carrera femenina pasó de 157.000 espectadores en 2019 a 764.000 en los últimos años. Este aumento se produjo tras cambios estratégicos como programar la carrera femenina para que terminara después de la masculina, capitalizando el creciente interés por el ciclismo femenino.

Sin embargo, las expectativas de los aficionados han aumentado al mejorar la calidad media y la duración de la cobertura de las carreras. De hecho, la disparidad en la calidad de la cobertura de las diferentes carreras WorldTour femeninas sigue siendo un problema, como se vio en el Ceratizit Challenge de La Vuelta, donde la contrarreloj por equipos de apertura fue criticada por carecer de gráficos esenciales. No obstante, la carrera mejoró su cobertura en las etapas posteriores, emitiendo alrededor de 90 minutos de contenido por etapa. Esta variación en la calidad subraya la importancia de unas retransmisiones coherentes y de alto nivel para satisfacer las expectativas de una audiencia creciente y cada vez más comprometida.

Exploración de las narrativas mediáticas en el ciclismo femenino: Problemas de profundidad y complejidad en la cobertura

Women's Peloton
El aumento de la cobertura mediática del ciclismo femenino está transformando este deporte, atrayendo a un público más amplio y despertando un nuevo entusiasmo entre los aficionados de todo el mundo. © Profimedia

También es necesario analizar el nivel de cantidad en relación con la calidad. Si bien es innegable que el aumento de la cobertura mediática del ciclismo femenino ha elevado el perfil de este deporte, también revela discrepancias significativas en la profundidad y la naturaleza de los reportajes en comparación con los deportes masculinos. El análisis del contenido de esta cobertura revela una tendencia a centrarse de forma simplista en los resultados y el rendimiento del ciclismo femenino, que a menudo carece del análisis rico y polifacético que se ofrece a sus homólogos masculinos. Esta disparidad no sólo subraya los prejuicios de género existentes, sino que también pone de relieve las áreas de crecimiento potencial en la forma en que los deportes femeninos son retratados y valorados.

1. Enfoque superficial de la cobertura

A pesar del creciente interés de los medios de comunicación, la cobertura del ciclismo femenino se inclina con frecuencia hacia la información básica sobre los resultados de las carreras y el rendimiento de las ciclistas. Un estudio reciente de Change Our Game reveló la profundidad de esta situación. Por ejemplo, mientras que la cobertura del ciclismo masculino a menudo se adentra en debates detallados sobre los regímenes de entrenamiento, las estrategias de los equipos y las historias individuales de los atletas, el ciclismo femenino se limita predominantemente a destacar las puntuaciones y los resultados. Centrarse en los resultados inmediatos en lugar de en narraciones en profundidad deja un vacío en la comprensión y apreciación más amplias del deporte y sus ciclistas.

2. Disparidades de género en la narrativa de los medios

Las narrativas que rodean a los deportes femeninos también difieren significativamente de las de los deportes masculinos, reflejando prejuicios de género arraigados. A las ciclistas, por ejemplo, se las suele describir con rasgos como “triunfadoras silenciosas” o “trabajadoras”, haciendo hincapié en el esfuerzo y la perseverancia por encima de la habilidad y el rendimiento. Esto puede verse como una continuación de tendencias históricas en las que los deportes femeninos se valoran más por la dedicación e integridad de sus participantes que por sus proezas y logros competitivos.

Además, es menos probable que las mujeres deportistas sean retratadas como figuras queridas o influyentes en comparación con sus homólogos masculinos, que a menudo son representados como carismáticos, aunque a veces problemáticos o antideportivos. Este desequilibrio no sólo influye en la percepción pública, sino también en el interés y la inversión de los medios de comunicación en el deporte femenino. Por ejemplo, los relatos que hacen hincapié en las luchas personales y las historias de redención, habituales en la cobertura del deporte masculino, se aplican con menos frecuencia a las mujeres.

3. Defensa y representación del ciclismo femenino

Por último, mientras que la cobertura mediática de los deportes masculinos incluye a menudo debates sobre la defensa de la causa, como las peticiones de un mejor tratamiento de las lesiones o una remuneración más justa, la cobertura de los deportes femeninos rara vez se aventura en estas áreas críticas. Esta falta de cobertura centrada en la defensa del ciclismo femenino significa que cuestiones importantes, como las disparidades de financiación o la necesidad de mejores sistemas de apoyo para las atletas, reciben menos atención y, en consecuencia, menos recursos para el cambio.

Esta disparidad es especialmente evidente en el contexto del patrocinio y la inversión. Los deportes masculinos reciben una cobertura significativamente mayor en relación con el respaldo financiero y la inversión, lo que ayuda a construir una base económica sostenible para estos deportes. Por el contrario, rara vez se habla del ciclismo femenino en estos términos, lo que perpetúa un ciclo de infrafinanciación e infravaloración.

Camino a seguir: Mejorar la cobertura mediática

A medida que el ciclismo femenino sigue ganando adeptas y abriendo nuevos caminos, está claro que una mayor cobertura mediática, más matizada y reflexiva, es un factor crucial en el floreciente éxito de este deporte. Para elevar verdaderamente el deporte, es imperativo que la cobertura de los medios de comunicación evolucione más allá de la mera información sobre los resultados y se adentre en las narrativas más profundas y complejas que enriquecen nuestra comprensión y apreciación de estos atletas y sus esfuerzos.

De cara al futuro, el Tour de Francia 2024 Femmes avec Zwift presenta una oportunidad apasionante para consolidar el ciclismo femenino en la escena mundial. Con la amplia cobertura prevista por las principales cadenas como Eurosport en Europa, NBC Sports en EE.UU. y SBS en Australia, los aficionados tendrán acceso reciente a la carrera y podrán conocer mejor a sus atletas favoritas.

Si siguen ampliando y mejorando la calidad de la cobertura, los medios de comunicación pueden desempeñar un papel fundamental para garantizar que el ciclismo femenino reciba el reconocimiento y el respeto que merece.