Copa del Mundo de Benidorm: Ciclocross y punto de encuentro

Escrito por Luis Ortega @ciclored

Si eras alguien en el mundo del ciclismo en España, el 21 de enero estabas en la Copa del Mundo de Ciclocross de Benidorm. Con solo dos ediciones, el Benidorm CX ha conseguido reunir en la tierra del circuito a periodistas, entrenadores, ex ciclistas, aficionados… Casi el mismo grupo ciclista que una meta de La Vuelta a España, pero con la ventaja de juntar al ciclismo de carretera, al de MTB y a los que compiten en ciclocross durante el invierno. No faltó nadie. Ni siquiera los tres mejores especialistas del mundo, Van der Poel, Van Aert y Pidcock, que además son capaces de estar en las tres dimensiones del ciclismo a la vez.

El ciclocross de Benidorm consiguió el domingo 21 de enero meter en el circuito a más de 16.000 personas. Algo inimaginable hace un lustro en España para seguir un evento de esta especialidad, que, por ahora, sigue siendo minoritaria en nuestro país. Es cierto que ha crecido en los últimos años, pero siempre lejos de unas cifras así. Gran culpa de ello tienen Van der Poel y Van Aert, que saltaron a la carretera y no han dejado el ciclocross. Ellos han llevado al aficionado clásico del ciclismo a los circuitos. Su presencia asegura público alrededor. Yo son ídolos de esos que los padres buscaban para que sus hijos (y ellos) se hagan una foto. Aquí es fácil. Autobuses dentro del circuito. Sin vallas. Todo a la vista para buscar a tu ídolo y hacerte en selfie.

Pero el secreto del éxito de la Copa del Mundo en Benidorm no solamente es ese. Ayudan los 15/20 grados de la Costa Blanca, que son la excusa perfecta de muchos aficionados para meter la bicicleta en el coche. Sábado y domingo ruta en bici huyendo del frío y horas de circuito viendo las carreras. Un plan perfecto para el mes de enero cuando todavía quedan lejos el verano.

También una oferta hotelera amplia que permite al aficionado elegir alojamiento casi al precio que prefiera. Hay para todos los presupuestos. La entrada al circuito no es cara y dentro, pese a las colas, se puede comer y beber a precios razonables. Incluso no hay problema para salir y comprar tu propia comida y bebida. Vamos, que te podías tumbar en el césped con un tupper de tortilla de patatas y un vaso de vino mientras que Van der Poel se estrellaba contra un poste de la luz cuando intentaba remontar después de que en la primera vuelta se le saliese la cadena.

Van Aert y Van der Poel

Porque esa era otra peculiaridad de la Copa del Mundo en Benidorm. El circuito era netamente urbano. Todo por dentro de dos parques de la ciudad. Con sus bancos, sus escaleras, su mobiliario urbano y hasta su carril bici. Ese tramo lo utilizó Van der Poel para adelantar a seis rivales del tirón en uno de sus cambios de ritmo. No le sirvió para ganar, como había hecho en el resto de las pruebas de ciclocross en las que había participado esta temporada, porque se chocó contra un poste. Es cierto que apuró demasiado. Vamos, como apura siempre. Conmoción, un rato para levantarse y Van Aert aprovechando la circunstancia para irse por delante. Van der Poel no se quedó ahí. Se levantó y todavía tuvo tiempo de acabar quinto.

El duelo de la última vuelta lo protagonizaron Van Aert y Vanthourenhout. Dos belgas flamencos. La región donde el ciclismo y el ciclocross son religión. No en vano la empresa matriz de la Copa del Mundo es Flanders Classics, la misma que luego organiza el Tour de Flandes. Tampoco era raro escuchar hablar flamenco en el circuito y ver a belgas cerveza en mano disfrutando de un espectáculo que en su país suele suceder con kilos de barro en las suelas de las botas, a dos grados y lloviendo.

Por eso lo más complicado a nivel técnico del circuito de Benidorm era el arenero. Ni siquiera la tormenta del viernes noche consiguió embarrar el terreno. Todo seco. Para abrir huecos había que echar mano de la fuerza en las subidas y ser ágil en los escalones. En uno de los repechos Van Aert soltó a Vanthourenhout. Cinco segundos de ventaja. Suficiente. Por eso pasó la zona de los escalone a pata. Sin saltarlos con la bici. Más lento pero más seguro. Eso creía el ciclista del Visma, hasta que se trabó con el sillín a la hora de volver a subirse a la bici. Ciclista de 1,90 al suelo. Ágil para volver a levantarse pero con tanto ímpetu que mandó el sillín a la grada de una patada (menudo souvenir para que lo recogiese). Así que los últimos 200 metros del circuito los hizo Van Aert sentado en los raíles de carbono. Emoción máxima para una película de intriga que solo era el epílogo de la Copa del Mundo de Ciclocross de Benidorm.

Realmente todo empezó el sábado por la mañana con las carreras locales y nacionales de todas las categorías. Había que clasificarse para poder correr en el mismo circuito que tus ídolos. Pero podías participar si tenias 8 años como si tenias 65. Evento multiedad. Si aguantabas hasta por la tarde podías ver a Felipe Orts, el ídolo español, y a Thomas Pidcock pasando por la sala de prensa para hablar con los periodistas.

El domingo todo empezaba a las 08:30 con los entrenamientos oficiales. Después carreras de la Copa del Mundo de las categorías junior masculina y femenina, sub 23 masculina y la senior femenina, que reunió en su cartel a Fem Van Empel y Ceylin Alvarado, la flor y la nata de la especialidad. Todo seguido con pausas de unos 30 minutos para que pudieses ir a repostar cerveza, que en el ciclocross es algo así como la bebida oficial del aficionado.

Repercusión

Entrar al circuito de Benidorm era como sumergirse de lleno en el ambiente de ciclismo puro. Por los altavoces escuchabas a Juan Mari Guajardo, el speaker de La Vuelta y de cualquier eventos ciclista de calidad que se precie. Por el circuito te podías encontrar a Perico Delgado, a Haimar Zubeldia con su cuadrilla de colegas, a míticos como Erik Dekker o Sven Nys (su hijo acabó tercero), a Carlos Coloma (medalla olímpica en MTB), a Rebollo, que desde que colgó la bici de carretera compite el ciclocross o a Paco Giner, que hasta hace poco era el encargado de diseñar todas las etapas de La Vuelta. Por no hablar de todos los periodistas especializados en ciclismo. No faltó ni uno. Y eso que en este 2024 la prueba se vio en directo en Teledeporte y Eurosport, además de una docena de televisiones internacionales.