Adoquines – ¿Por qué le gustan a los ciclistas?

Escrito por Jiri Kaloc

Cada vez que las ruedas de una bicicleta empiezan a girar sobre adoquines ciclistas, resuenan con la historia. Rodar sobre pavé no es sólo ciclismo, es un rito de iniciación. La habilidad, la adrenalina, la historia y la plenitud son las razones por las que los ciclistas siguen sintiéndose atraídos por este terreno accidentado e imprevisible. Veamos más de cerca cada motivación para comprenderlo mejor.

Prueba de técnica y delicadeza

Como ya explicamos en el anterior artículo de la serie, los adoquines se añadieron a las carreras ciclistas para aumentar la dificultad. Pero no se trata sólo de fuerza bruta. Más vatios te harán más rápido, pero sin la técnica y la delicadeza adecuadas, también tienes muchas más probabilidades de estrellarte. Para tener éxito en los adoquines hay que mantener el equilibrio, tener técnica y un profundo conocimiento de cómo manejar superficies impredecibles. Es una prueba de manejo, un desafío a tu capacidad de adaptación y reacción. Cada salida perfecciona tus habilidades, convirtiéndote en un ciclista más hábil y reactivo. Y eso es lo que hace que los adoquines sean tan atractivos para cierto tipo de ciclistas.

El factor de la adrenalina

Circular a gran velocidad por terrenos difíciles e irregulares es sinónimo de adrenalina. A diferencia del previsible zumbido del asfalto, los adoquines ofrecen una montaña rusa para los sentidos. Cada segundo es un nuevo reto para intentar equilibrar la velocidad con el riesgo de caerse. Para algunos, es emocionante intentar maniobrar en medio de este caos. Los ciclistas que buscan más emoción y velocidad pueden sentirse atraídos por el pavé precisamente por estas razones.

Cycling on cobblestones
Los adoquines, también conocidos como pavé en francés, se añadieron originalmente como parte de las carreras ciclistas para aumentar la dificultad para los ciclistas.. © Profim


Realización personal y de comunidad

Conquistar los adoquines es una victoria no sólo sobre el terreno, sino también sobre la desconfianza en uno mismo, es un testimonio de tu tenacidad. La sensación de logro al dominar a estos antiguos adversarios es tentadora. Además, las rutas adoquinadas suelen ser crisoles comunitarios donde se forjan lazos en la lucha y el triunfo compartidos. La comunidad se reúne entre sudor, barro, maillots raspados y risas. Te ganas el apoyo de los que han pasado por las mismas penurias que tú. Así es como muchos ciclistas se sienten atraídos en primer lugar.

Conexión con la historia

El ciclismo es un deporte con una historia increíblemente rica y rodar sobre pavé te hace plenamente consciente de ello. Los adoquines llevan el legado de gigantes del ciclismo que han luchado sobre estas mismas carreteras en carreras legendarias como París-Roubaix o el Tour de Flandes. Pedalear por allí es seguir las huellas de la historia, conectar con una tradición que trasciende el tiempo. Es la oportunidad de formar parte de una historia que va más allá de cualquier ciclista. E incluso sin saber nada de la importancia de los adoquines en el ciclismo, tu cuerpo sentirá sin duda lo que era rodar por estas superficies en aquella época.

Pedalear sobre adoquines significa muchas cosas diferentes para cada ciclista. Para algunos, es una prueba de destreza física y técnica; para otros, es una forma de conectar con la historia y estrechar lazos con su comunidad. Si buscas un nuevo reto o aventura, tienes que probar los adoquines en serio al menos una vez.