Los Muros de adoquines de Flandes

Escrito por Luis Ortega @ciclored

La región belga de Flandes es prácticamente llana. Cuando llegas en avión a Bruselas solo ves plano y ligeras elevaciones con árboles. Pues bien, cada una de ellas es un muro y los flamencos los aprovechan para hacer medio centenar de carreras al año alrededor de ellos. Con adoquines, sin ellos, de cemento… pero nunca más de un dos kilómetros de subida y siempre con altos porcentajes. En este articulo te vamos a definir los adoquinados, los más míticos. Asi son los muros adoquinados de Flandes.

KAPELMUUR

Distancia 900 metros
Altitud 101 metros
Desnivel acumulado 68 metros
Porcentaje medio 6,3%
Desnivel máximo 20 %

El Kapelmuur, por la capilla que está en su cima, o el Muur de Geraardsbergen por la ciudad en la que está situado. Es lo más mítico de Flandes. Durante años fue decisivo para decidir el ganador del Tour de Flandes y no hay temporada en la que una o varias carreras pasen o acaben en él. En sus poco más de 900 metros de ascensión (algo más si contamos el ascenso desde el río hasta donde comienzan los adoquines) la verdadera dureza está superada la primera parte y ya fuera de Geraardsbergen. Son apenas 200 metros dentro del bosque, pero con adoquines rotos y con un pico de casi el 20%. El bar situado a 100 metros de coronar y la mítica curva que rodea a la capilla marcan el final de Kapelmuur.

KOPPENBERG

Distancia 630 metros
Altitud 73 metros
Desnivel acumulado 68 metros
Porcentaje medio 11,6%
Desnivel máximo 22 %

El Koppenberg es sin duda el muro más duro de la región de Flandes. Situado al sur de Oudenaarde, en sus solo 630 metros hace a muchos ciclistas (profesionales incluidos) echen pie a tierra en su parte central. A su dureza, una media del 11%, hay que unir un pico del 20% en la parte más rota del adoquín, en la que no solo hay que meter todos los vatios posibles, sino además mantener el equilibrio y manejar la bicicleta entre los agujeros que hay entre adoquín y adoquín. Si ese día ha llovido, es prácticamente imposible superarlo sobre los pedales. En el Tour de Flandes llegó a estar vetado unos años por las complicaciones en ascenderlo.

OUDE KWAREMONT

Distancia 2,2 kilómetros
Altitud 106 metros
Desnivel acumulado 88 metros
Porcentaje medio 4,3%
Desnivel máximo 11 %

El gran problema del Oude Kwaremont no es su desnivel, sino la distancia. Con 2,2 kilómetros es el tramo de adoquines en subida más largo de Flandes, lo que supone una auténtica serie de fuerza para superarlo. En los últimos años se ha convertido en el eje central del Tour de Flandes y sus poco más de 2 kilómetros se hacen eternos para muchos. Allí se suele romper la carrera. Arranca en Kluisbergen y el máximo porcentaje lo alcanza en la parte inicial, pero después queda casi un kilómetro más de muro y en la zona final con el adoquín muy roto. Su prestigio ha aumentado tanto que hasta tiene una cerveza propia.

PATERBERG

Distancia 400 metros
Altitud 88 metros
Desnivel acumulado 48 metros
Porcentaje medio 13%
Desnivel máximo 20 %

Si alguna vez has leído la historia de un vecino que adoquinó el camino de su casa para que pasase por allí el Tour de Flandes… pues es cierta y ese muro es Paterberg. Se introdujo en el recorrido hace poco tiempo y en los últimos años ha sido clave, ya que es el último antes de los 10 kilómetros planos finales hasta la meta de Oudenaarde. Está situado a poco más de tres kilómetros de Oude Kwaremont y a la misma distancia de Koppenberg. Es de los que impresiona porque después de un giro debes quitar plato y afrontar sus poco más de 400 metros al 13% de media casi a balón parado. Si no está vallado se puede ascender por el vierteaguas del lateral izquierdo, pero durante el Tour de Flandes solo está la opción central. El adoquín es de buena calidad, pero con agua y barro es casi imposible ascenderlo.

MOLENBERG

Distancia 400 metros
Altitud 52 metros
Desnivel acumulado 32 metros
Porcentaje medio 9,8%
Desnivel máximo 14 %

El Molenberg era de los primeros muros en subirse en el Tour de Flandes y a veces donde se rompía la carrera. Pese a ser solo 400 metros es tan estrecho, tiene el adoquín tan roto y un porcentaje tan elevado que puede provocar por si mismo que se rompa la carrera. Huele a ciclismo antiguo porque para afrontarlo hay que llegar por una carretera de cemento, giro inesperado para pasar por encima de un arroyo y ya metido en adoquines superar una auténtica pared.