Entrenar en bici en invierno. Que no te falte vitamina D

Escrito por Monica Buck

Entrenar en invierno puede ser estimulante: el aire fresco, las carreteras tranquilas y la sensación de aventura. Pero hay algo que quizá no hayas tenido en cuenta: tus niveles de vitamina D. Veamos por qué la vitamina D es importante para los ciclistas, cómo afecta el invierno a sus niveles y qué puede hacer para mantener su energía durante toda la temporada.

¿Por qué los ciclistas necesitan Vitamina D?

La vitamina D no sólo es importante para la salud ósea, sino que también desempeña un papel importante en el rendimiento ciclista.

Músculos más fuertes – Ayuda a que los músculos funcionen de forma eficiente, lo que se traduce en una mayor potencia en las subidas y una recuperación más rápida tras las salidas largas. La vitamina D desempeña un papel clave en la contracción muscular y la producción de energía, ayudando a prevenir los calambres y la fatiga muscular para que puedas seguir empujando a través de rutas complicadas

Mejor inmunidad – Un sistema inmunitario fuerte significa menos días de baja por enfermedad y más tiempo sobre la bicicleta. Los niveles bajos de vitamina D se han relacionado con una mayor susceptibilidad a los resfriados y las infecciones respiratorias, que pueden mantenerte alejado de la bicicleta durante semanas. Mantener altos los niveles de vitamina D puede ayudar al organismo a combatir las enfermedades invernales con mayor eficacia.

Huesos más fuertes (obviamente) – Ayuda a tu cuerpo a absorber el calcio, reduciendo el riesgo de fracturas si te caes en un terreno helado. Unos huesos fuertes son especialmente importantes en invierno, cuando las caídas y los accidentes son más probables debido a las condiciones resbaladizas.

El cuerpo produce vitamina D de forma natural cuando la piel se expone a la luz solar. Pero en invierno, este proceso se ralentiza, por lo que muchos ciclistas se sienten lentos, doloridos o incluso enferman con más frecuencia.

Conseguir vitamina D en invierno

Montar en bicicleta con tiempo frío tiene sus ventajas, pero también hace que sea más difícil obtener suficiente vitamina D. He aquí por qué:

Menos luz solar – Los días más cortos significan menos oportunidades de exposición al sol, especialmente si montas en bicicleta a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Si te desplazas antes de que salga el sol o después de que se ponga, te estás perdiendo las horas de luz que ayudan a mantener la producción de vitamina D.

Menos rayos UVB – En invierno, el sol permanece más bajo en el cielo, lo que reduce los rayos UVB que desencadenan la producción de vitamina D en la piel. Incluso en los días más luminosos, la menor intensidad de la luz solar hace que el cuerpo tenga dificultades para generar suficiente vitamina D. Este efecto es aún más pronunciado en las latitudes altas, donde el ángulo del sol es demasiado bajo para proporcionar una exposición adecuada a los rayos UVB durante meses seguidos.

Más entrenamiento en interiores: si haces kilómetros en rodillo en lugar de al aire libre, la exposición a la luz solar es aún menor. Aunque el entrenamiento en interiores es excelente para mantenerse en forma, elimina cualquier oportunidad de exposición al sol, por lo que es aún más importante encontrar formas alternativas de aumentar la vitamina D.

¿Cómo mantener altos los niveles de vitamina D?

¿La buena noticia? No tienes por qué dejar que el invierno te robe tus fuerzas. A continuación te explicamos cómo mantenerte a tope con la vitamina D:

Sal al aire libre siempre que puedas: Incluso un corto paseo al mediodía o un café al aire libre pueden ayudarte a aumentar tus niveles de vitamina D.

Consuma alimentos ricos en vitamina D: Incluye en tu dieta alimentos como el salmón, la caballa, los huevos y los productos lácteos enriquecidos para mantener altos tus niveles.

Considera la posibilidad de tomar un suplemento: Si no tomas suficiente sol, un suplemento de vitamina D puede ayudarle a compensar la carencia. (Consulta a un profesional sanitario para saber cuál es la dosis adecuada).

Escucha a tu cuerpo: Si te sientes muy cansado, dolorido o indispuesto, puede que merezca la pena que compruebes sus niveles de vitamina D.

Equilibra tu entrenamiento: El entrenamiento de fuerza y una buena nutrición van de la mano con el ciclismo. Una rutina equilibrada mantiene tu cuerpo fuerte y resistente en invierno.

Sigue pedaleando en invierno

Puede que el invierno traiga menos horas de luz, pero eso no significa que el ciclismo tenga que resentirse. Con un poco de planificación y algunos hábitos sencillos, puedes mantener altos tus niveles de vitamina D, tu energía y tus piernas fuertes. Así que abrígate, disfruta del frío y de la estación: tu cuerpo (y tu bicicleta también, ¿verdad?) te lo agradecerán.