La Volta 2024, coto de caza de Tadej Pogacar

Escrito por Luis Ortega @ciclored

La Itzulia de 2021, donde sucumbió a Roglic y Vingegaard (entonces ambos en Jumbo), ha sido la única carrera de una semana que se ha resistido a Tadej Pogacar desde que debutó en profesionales en 2019. El resto, victorias. El Príncipe quiere poner su nombre en el palmarés de todas las carreras importantes del calendario. En 2023 se hizo con París Niza y para esta temporada ha puesto los ojos en La Volta 2024, justo después de su enésimo intento fallido de ganar la Milan SanRemo.

Que Pogacar llegue este lunes a la línea de salida de Saint Feliú de Guixols con el tercer puesto de Sanremo el sábado no demuestra que esté falto de forma o de punch. Más bien al contrario. El esloveno fue el único capaz de atacar en un Poggio que se subió a ritmo de récord. Lo hizo dos veces y en ambas ocasiones solo pudo cerrar el hueco Van der Poel, el ciclista con el cambio de velocidad más violento del ciclismo mundial. Sin el holandés del Alpecin en carrera SanRemo se habría rendido a Tadej Pogacar.

Para esta Volta correrá, como es habitual cuando están Vingegaard o Roglic en liza, una carrera diferente al resto. Es cierto que hay montaña suficiente para tender emboscadas al UAE, que viene con Almeida, Sivakov, Soler y Jay Vine como guardia pretoriana del esloveno. Pero también que todos sus teóricos rivales nunca han podido con él en un cara a cara. El Visma llega con Kuss y Uitjtdebroeks, una dupla más que interesante. Igual que la de Ineos, Egan Bernal y Geraint Thomas, dos ganadores de Tour de Francia. Movistar tiene a dos viejos conocidos, Enric Mas y Nairo Quintana, que regresa a Europa. En el Soudal el líder será Mikel Landa, en el Bora Vlasov y en el Jayco, Simon Yates. Sin Pogacar sería una de las carreras más abiertas de la temporada, con el jefe de filas del UAE se resume en un todos contra él o una pelea por la segunda plaza como ocurrió hace poco más de 15 días en la Strade Bianche.

Más montaña que nunca

La Volta mantiene un recorrido similar al de otros años, con una etapa inicial peligrosa, dos finales en alto en Pirineos, dos etapas de media montaña con previsible final al sprint y la clásica jornada final en Barcelona con el circuito de Montjuic. Hasta aquí todo normal. Lo que cambia es la penúltima etapa, que se adentra en una zona poco utilizada por el ciclismo profesional, la de Berguedá, y con un puerto, Coll de Pradell, que venía siendo reclamado desde un montón de foros.

En sus cinco kilómetros finales,  el Coll de Pradell reparte desniveles constantes por encima del 10%, incluyendo un tramo de cemento donde llega a picar al 21%, justo después del Lago de Tomí. Solo un descansillo de 300 metros planos en mitad de la subida hace decrecer algo la media de subida. Ese día se subirán 4.000 metros de desnivel por un recorrido circular con salida de Berga y meta en el Santuario de Queralt. Por el camino Coll de la Batallola, Collet de Cal Ros, el mencionado Pradell, que está 65 de meta, la Collada de Sant Isidre y la subida a Queralt, de seis kilómetros al 7% de media.

Quizás para esta penúltima etapa ya esté todo decidido, si Pogacar mantiene el nivel que exhibió en Paris Niza o Vuelta Andalucía en 2023. Pero se prestará a emboscadas por su terreno quebrada y ausencia de tramos para que un equipo como el UAE se pueda organizar.

Antes de todo esto el pelotón tendrá que superar el lunes 18 de marzo una etapa quebrada por la costa con meta y salida en Saint Feliú de Guixols y 2.300 metros de desnivel en 180 kilómetros. Parece poco para el nivel que hay ahora mismo en el profesionalismo, pero la cima del Alt de Sant Grau, de segunda, está a menos de 20 kilómetros de la línea de meta.

El martes 19 y el miércoles 20 de marzo llegan los dos finales en alto consecutivos de La Volta en Pirineos. Primero etapa casi unipuerto con salida en Mataró y meta en el archiconocido Vallter 2000 después de superar el Coll de Coubert. Saldrán casi 3.000 metros de desnivel. Casi nada comparado con la que compite con la etapa del Berguedá como etapa reina.

Serán casi 4.000 metros con tres puertos largos y un recorrido prácticamente idéntico al de 2021. En esa edición ganó Esteban Chaves a un grupo de una decena de corredores entre los que estaban los que serían los tres primeros de la general, Adam Yates, Richie Porte y Geraint Thomas, todos del Ineos. La etapa arrancará en Sant Joan de les Abadesses para subir primero Toses, después Cantó y por último la ascensión a Port Ainé desde Rialp. Con sus 18 kilómetros constantes y ese final con tramos por encima del 12%. 

La etapa del jueves 21 de marzo, con final en Lleida y prácticamente en bajada desde Sort, y la del viernes 22 de marzo, con meta en Viladecans y perfil algo más quebrado, pero con el último segunda a más de 30 de meta, no deberían cambiar nada la general a la espera del día del Berguedá. Después solo quedará el circuito de Montjuic, que siempre es espectacular, pero solo es decisivo cuando la clasificación está muy ajustada.