Sin su contrapunto Mathieu Van der Poel en competición (no vuelve hasta Milan Sanremo), toda la carrera gira en torno a los movimientos de Van Aert y de su Visma Lease Bike. Ya en la previa de la apertura de la temporada de adoquines el belga sugirió que en este 2024 su equipo iba a dominar con mano de hierro los adoquines y por ahora el resultado es inmejorable. Dos carreras, dos victorias. Con diferente guión pero siempre con Van Aert como eje de todos los movimientos. Su objetivo es sumar su primer monumento de adoquines en 2024, porque, aunque parezca raro, todavía no ha ganado ni el Tour de Flandes ni la París Roubaix y en su palmarés solo está la Milán Sanremo veraniega de 2020. Demasiado poco para uno de los ciclistas más decisivos del mundo.
Omloop Het Nieuwsblad
En la Omloop 2024 se salió a fuego, como en casi todos los inicios de temporada de adoquines. Más de tres meses preparando la apertura en la Costa Blanca y una o dos concentraciones en altura después hacen que el pelotón llegue con ganas. Solo habían recorrido 60 kilómetros y un tramo de adoquines, el de Haaghoek, cuando una montonera dejó por delante a un grupo de 30 ciclistas entre los que estaba Van Aert con cuatro compañeros más del Visma y favoritos como De Lie, Pidcock, Philipsen o Milan. Sólo tenían 45 segundos sobre el pelotón, así que Van Aert utilizó el repecho de Wolvenberg, 600 metros al 7% a la salida de Oudenaarde, para seleccionar aún más a sus colegas de fuga.
Aguataron dos compañeros, Laporte y Jorgenson (Visma), además de Pidcock, (Ineos) De Lie (Lotto y su máximo rival), Moscon (Soudal) y un sorprendente Skujins (Lidl Trek).
Colaboración perfecta para seguir abriendo hueco por los tramos adoquinados planos de Kerkgate y Jagerij y arrancada de Van Aert en la subida adoquinada rota, pero corta, del Molenberg. Reventó a Moscon, pero no consiguió soltar a De Lie, el único de los cinco que podía ganarle en el sprint. Así que el Visma cambió la táctica. Después de los repechos de Berendries y Leberg y en una de las subidas cortas entre Brakel y Gerardsbergen mandó por delante a Jorgenson. Pronto consiguió 20 segundos mientras por detrás Pidcock, De Lie y Skujins trabajaban, pero con el freno de mano echado porque sabían que llevaban a rueda a Van Aert y Laporte. Movimiento perfecto.
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Quedaban solo 20 kilómetros dos subidas de adoquines, Kapelmuur y Bosberg y la misión de Jorgenson era aguantar el máximo tiempo delante. El americano pasó el Kapelmuur en cabeza con solo 15 segundos sobre un grupo en el que ya solo estaban Van Aert, Laporte y De Lie y al que se había unido desde el pelotón Nils Politt (UAE). Aguantó en el llano antes del Bosberg, pero en el muro del bosque le atrapó el grupo de Van Aert, ahora en misiones de gregario, que salió a cerrar el ataque de Iván García Cortina (Movistar).
Parón de los favoritos y arrancada del gigante Politt en la parte final del Bosberg. Otro Visma (Tratnik) a su rueda. Segundos de duda suficientes para que el alemán y el esloveno abran hueco. Por detrás el Lotto de Arnaud de Lie tardó un kilómetro en recomponerse y eso a 10 de meta y con un llaneador como Politt es prácticamente un suicidio. Lo mismo que llevar a rueda a Tratnik, que con la excusa de ser solo un lastre a la espera de su líder Van Aert aprovechó todo el trabajo para rematar en meta. Van Aert, por su puesto, ganó el sprint del grupo.
Kuurne – Bruselas – Kuurne
La Omloop acaba en Ninove y menos de 24 horas después se toma la salida de la Kuurne-Bruselas-Kuurne, cuya salida está a menos de 70 kilómetros. Menos desnivel, menos muros y menos kilómetros que la Omloop, así que para romper la carrera hay que ir más rápido y acelerar con más vatios. De los 178 kilómetros de la Kuurne, Van Aert solo anduvo en el pelotón 90. Acelerón del Visma en el Monte de Saint Laurent. Un tramo adoquinado de poco más de un kilómetro con rampas iniciales al 14%. Duro e ideal para el Tour de Flandes, pero situado en la parte valona de Bélgica, lo que es sinónimo de estar excluido en De Rondé.
Al demarraje de Van Aert solo pudieron salir Lazkano (Movistar), Wellens (UAE) y el sorprendente australiano Laurence Pithie, del FDJ. Por delante 87 kilómetros hasta la meta, por detrás un pelotón destrozado que sólo fue acumulando retraso con respecto a los fugados. Únicamente Mohoric (Bahrein) y Jorgenson (Visma) intentaron llegar hasta los fugados. Fue misión imposible porque delante se habían juntado tres corredores rodadores como Van Aert, Wellens y Lazkano, que además son generosos en los relevos.
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Pithie aguantó los adoquines del Kruisberg y el enlazado con el Hotond (dos habituales del Tour de Flandes) pero sucumbió en Cote de Trieu, la subida asfaltada clave de Dwars Door Vlaanderen, cuya bajada pasa a solo 50 metros del Oude Kwaremont, que volverá a ser decisivo dentro de un mes en el Tour de Flandes.
Van Aert, Wellens y Lazkano pasaron juntos el repecho del Kluisberg, a 6o kilómetros de meta, y siguieron aumentando ventaja hasta los más de tres minutos en los giros planos del circuito planísimo de Kuurne. Eso sí, cada relevo de Van Aert y cada curva que el flamenco tomaba en cabeza suponía un latigazo en las piernas de Lazkano y Wellens, que muchas veces se daban un margen de 30 metros en la curva para luego recuperar a la rueda al enfilar al recta.
Todos sabían que Van Aert era el más rápido. Wellens lo intentó de lejos. Van Aert cerró el hueco y Lazkano se limitó a no perder rueda. El sprint suponía el triunfo de Wout, que en dos días ha sumado 215 kilómetros en fuga, más del 50% del tiempo que ha estado compitiendo. Ahora Van Aert se tomará un descanso competitivo hasta la semana previa al Tour de Flandes, donde tendrá que pensar en cómo derrota a Van der Poel, el otro factor fuera de categoría.