El sorpasso del Tourmalet. Vollering apaga a Van Vleuten

Escrito por Luis Ortega @Ciclored

Todo ciclista tiene sus derrotas. Ningún corredor, hasta Lance Armstrong y ya sabes todos sus matices, se ha retirado venciendo al Tour. Siempre han claudicado ante sus rivales el algún puerto. Le pasó a Merckx en Pra Loup, a Indurain en Hautacam, a Pogacar en el Col de la Loze y le ha acabado sucediendo a Van Vleuten, que unos meses antes de colgar la bicicleta ha sufrido su derrota más abultada. Fue el sorpasso del Tourmalet, infligido por Demi Vollering.

La segunda edición del Tour Femenino by Zwift (ya hubo otro en los años 80 y 90) vivió su momento histórico a cinco kilómetros de la cima del Tourmalet. No había un lugar mejor y más épico para empezar a escribir la nueva historia de un deporte, el ciclismo femenino, que busca recuperar los años perdidos con respecto al masculino y empezar a tener un background en la mente del aficionado que lo ve por televisión. Desde ahora, el Tourmalet será el lugar donde Van Vleuten cedió el testigo a Demi Vollering.

Podía haber sucedido antes, en Lagos de Covadonga, durante La Vuelta a España. Ese día Vollering también soltó a Van Vleuten, pero los segundos de meta no fueron suficientes para arrebatar a la ciclista del Movistar el maillot rojo de líder que había conseguido el día anterior en un ataque furtivo mientras su rival paraba al baño. Ya saben. No la vi detenerse. Ese no era el lugar. Es una ley no escrita en el ciclismo… Van Vleuten se salvó por la campana y por pundonor. A la trilogía de 2022, Giro Donne, Tour y Vuelta, sumaba la Vuelta de 2023 y también el Giro Donne, en ausencia de Vollering. El Tour era la guinda, bueno, otra más, a la temporada de la retirada de Van Vleuten.

El Tourmalet

Hasta el Tourmalet, Van Vleuten no había demostrado ser superior a Vollering. También es cierto que la corredora del SD Worx solo había dado alguno destellos. Que si un sprint en cuesta por aquí. Que si un ataque en un repecho por allá. Pero nada definitivo. El terreno desde Clermont Ferrand, donde empezó el Tour 2023, hasta los Pirineos había sido una búsqueda perfecta de territorios comanches plagados de trampas. Una elección acertada de Marion Rousse, la directora del Tour de Francia Femenino, que planteó seis ‘clásicas’ de un día en las que sumaban tiempos para la general. Era el habitat natural de Lotte Kopecky, compañera de Vollering, que cada día aprovechó para ganarse ‘segundos’ en la clasificación general vestida de amarillo. Todo el mundo preveía que claudicaría en la alta montaña.

La belga era una líder de paja encargada de tirar del pelotón cuando solo quedaban las favoritas y proteger las opciones de Vollering. En Movista la estrategia era sencilla. Todas con Van Vleuten pero con libertad para moverse si había ‘hueco’. Lo tuvieron Lippert y Noosgard, que lo aprovecharon para engordar la nómina de triunfos de Movistar.

Las diferencias eran tan mínimas que incluso hubo polémica por la sanción de 20 segundos a Vollering por el tras coche de la etapa del jueves. Minucias comparadas con el daño que iban a hacer el encadenado clásico de Aspin y Tourmalet. Sobre todo porque en Aspin fue Van Vleuten la que quiso escribir la historia de 2022, cuando arrancó en el Petit Ballon para dejar sentenciado el Tour anterior. Ese día Vollering solo la pudo ver en la lejanía.

El ataque de Van Vleuten en Aspin no fue efectivo. Solo quemó fuegos de artificio y no soltó ni a Vollering ni a Niewiadoma, una secundaria en búsqueda de una oportunidad para aprovechar el duelo de las dos grandes. La polaca fue valiente, se marchó en el descenso y su premio es el tercer cajón del podio tras la crono de Pau por décimas de segundo con Lotte Kopecky.

La señal del ocaso de Van Vleuten fue un gesto. Niebla, tramo de las galerías del Tourmalet antes de La Mongie. 10% constante durante dos kilómetros y medio. Justo a 5,5 de la cima, que era meta de la etapa. Vollering sentada cambió el ritmo. Van Vleuten negó con la cabeza. No había piernas, no había fuerza. Demasiado cansancio acumulado. Vollering se fue en búsqueda de Niewiadoma y Annemiek no pudo aguantar como dos meses antes en Lagos de Covadonga.

Los segundos después de La Mongie se convirtieron en minutos. Y la distancia insalvable para la crono de Pau. Vollering hizo de Van Vleuten. Casi dos minutos a Niewiadoma y más de dos a su ‘archienemiga’. Labous y Moolman casi a tres. Kopecky a más de tres y el resto de las favoritas, con Ane Santesteban a la cabeza a más de cinco minutos.