La Vega, por donde se ‘escapan’ los ciclistas de Madrid

Escrito por Luis Ortega @ciclored

Vivir en Madrid y ser ciclista no es sencillo. Si además tienes la residencia dentro de la M-30 el asunto se complica todavía más. Semáforos, cruces, tráfico… entrenar una hora puede suponer más de dos horas encima de la bici. Una de las grandes vías de escape de los ciclistas del sur de Madrid, no solo de la capital, sino también de Getafe, Leganés o Fuenlabrada, es la Vega, el territorio por donde se formó como ciclista Alberto Contador. 

El de Pinto, pese a que su ciudad está en el extrarradio de Madrid, también necesitaba carreteras libres de un tráfico intenso y de parones para entrenar. En sus primeros años como ciclista siguió viviendo en su ciudad natal (ahora como ex-corredor también) y aprovechaba las suaves colinas de La Vega para coger la forma (lo de nacer en un lugar de alta montaña para ser un buen escalador nunca ha sido relevante) e incluso ganar el Tour 2007 cuando nadie se lo esperaba.

Colinas suaves y viento para la bici de carretera

Para situarnos. La Vega se conoce así porque está surcada por dos ríos, el Jarama y el Tajuña, que van a desembocar el Tajo. El triangulo que forman deja una región que siempre ha estado repleta de huertas y cultivos aprovechando la humedad fluvial. Tiene una zona totalmente plana pegada a los ríos y otra de suaves colinas en las que no es complicado sumar 1.000 metros de desnivel a poco que la etapa se vaya por encima de los 130 kilómetros.

La mayor parte de los ciclistas accede a ella por encima de algunos de los puentes que atraviesan la A-4, carretera de Andalucía. La zona de la Vega se sitúa entre este eje, el de la A-3, carretera de Valencia y el sur que linda con la provincia de Toledo por Aranjuez. En el interior, kilómetros de vías que van perdiendo tráfico cuanto más vamos hacia el este y escapamos de Madrid Central.

La plaza de Colmenar de Oreja, parada ‘ciclista’ obligatoria.

La forma más sencilla de llegar es el carril bici sur que pasa por La Marañosa, un repecho de poco más de tres kilómetros, y que está totalmente separado, tanto de subida como de bajada. Si vienes desde el norte desemboca en San Martin de La Vega, que suele ser el punto de ‘unión’ de los millares de ciclistas que salen cada fin de semana a entrenar por la zona.

A partir de ahí se puede elegir. Lo más llano es buscar la zona sur hasta Aranjuez, Titulcia y Ciempozuelos y sus vegas fluviales. Si quieres repechos de cuatro o cinco kilómetros sin grades desniveles puedes optar por los alrededores de Chinchón (un lugar perfecto para hacer una parada en su plaza histórica), de Colmenar de Oreja, de Morata de Tajuña, de Villaconejos o de Valdelaguna. Incluso puedes encontrar tramos de adoquines en el interior de Aranjuez (muy cerca del Palacio Real) y de Colmenar de Oreja (en subida, como Oude Kwaremont).

Carreras, cicloturistas…

Una de las formas perfectas para conocer las carreteras por donde se formó Alberto Contador era participar en la marcha que lleva su nombre. En las primeras ediciones (arrancó en 2011) empezaba y acababa en Pinto y recorría toda La Vega en un circuito de dos bucles y unos 150 kilómetros, que acababan sumando cerca de 2.000 metros de desnivel y que en alguna edición incluso incluyeron tramos de sterrato.

Desde que Alberto Contador trasladó la marcha a otros lugares, Cuenca, Santander, Extremadura y ahora Oliva, la zona se ha quedado ‘huérfana’ de eventos cicloturistas. Solo un intento posterior, la Gran Fondo Ibérica, volvió a recorrer las carreteras de La Vega en forma de cicloturista. Su última edición se celebró en 2019.

Todavía queda alguna carrera máster (veteranos), como la que organiza el CC Fuenlabrada o los ‘Pavos’ de Ciempozuelos y Fuenlabrada o las incursiones de la Vuelta a Madrid sub-23.

Una opción muy aconsejable es echar mano de las rutas que propone la web Ciclamadrid. No son solo de bici de carretera, sino que incluye MTB y muchas de ellas también son perfectas para gravel. Aportan información turística sobre todos los pueblos de La Vega.