Primoz Roglic, te puedes hacer un selfie conmigo. El Rey de La Vuelta

Escrito por Luis @ciclored

Dos semanas de La Vuelta 2019 y por ahora Primoz Roglic ha hecho un pleno. Ningún favorito se ha escapado de su dominio. Solo Nairo en la segunda etapa y Pogacar y Quintana el día de su caída en Andorra. Ninguno le preocupa ya. Ambos a más de tres minutos y medio en la general. Roglic está dominando con mano de hierro La Vuelta y lo volvió a demostrar en las rampas imposibles del Acebo.

Esta vez su compañero de batallas fue Alejandro Valverde. Si en Los Machucos el líder se alió con su compatriota Pogacar para sacar tiempo a sus rivales, esta vez fue la rueda del campeón del mundo la que le valió para distanciar, aún más, a Miguel Angel López y Pogacar, y sobre todo a un Nairo Quintana que a 5 minutos ya está descartado para la general.


El Acebo ha sido, hasta ahora, el puerto más duro de La Vuelta. No solo tiene el desnivel y la dureza de Más de La Costa o Los Machucos, sino que suma más distancia, nueve kilómetros, como el enlazado Engolasters y Cortals d Encamp o Javalambre. En su conjunto una media del 9,8% con un arranque bestial con mala carretera y desniveles de hasta el 20%. Estos puertos también se le adecuan a Roglic, que salió con facilidad a la rueda de Valverde cuando apostó a 7 kilómetros de meta por poner patas arribas La Vuelta.

Alejandro Valverde siempre tiene una ‘bala’ en la recámara. La probó en un día en el que se sumaron más de 4000 metros de desnivel en solo 150 kilómetros. En el pelotón solo se apretó en la primera subida al Acebo, después ritmo alegre para ascender el Connio y el Pozo de las Mujeres Muertas (menudo terreno que hay por Cangas del Narcea), pero sin abusar. Eso permitió que la fuga con Seep Kuss y Óscar Rodriguez como máximos favoritos, pudieran jugarse la etapa.

Por detrás acelerón de Erviti para entrar a fuego en la primera rampa del Acebo, que es del 16%. Donde para muchos se para la bicicleta para Valverde y Roglic fue un acelerón. Por detrás Fulgsang hizo a la perfección de gregario para que Miguel Ángel López no perdiese demasiado. Solo le dejó cuando no pudo más.

Por delante fue Marc Soler, descolgado de la fuga, el que hizo la labor contraria a Fulgsang, dejarse todo para que Valverde sacase tiempo y se asegurara el podio. Y al final regalo de la organización con los últimos 500 metros estrechos, de cemento y cuesta arriba. Top de clásica del norte.

La dureza se queda en el gesto de Valverde, que tiene de dar dos vueltas pedaleando antes de poder atender a los medios. No se descarta para la general. Sabe que esto es muy largo y todavía quedan batallas por delante, como La Cubilla, un puerto diferente a todo lo que se ha subido hasta ahora, o la Sierra de Madrid, donde cedió Dumoulin a Aru, o la Sierra de Avila, donde años atrás Gorospe vio como Hinault le birlaba la Vuelta. Terreno de emboscadas.

Y cuando acaba de hablar con la prensa se gira y ve a Marc Soler. Felicitación y abrazo por el trabajo bien hecho. Y otra ración de micros para los que no podían haber hablado con él.

Pogacar, con mucha peor cara que en Los Machucos, solo tiene tiempo de que le abriguen. Como Miguel Angel López, que tendrá otro día de trabajo psicológico. José Herrada, que peleó en la fuga, solo puede apoyarse en el manillar para empezar a respirar.


Pasan los minutos y Kuus recibe el premio en el podio, después Roglic y el resto de la ceremonia. La cima del Acebo se va despoblando y todavía queda el líder. Antidopaje, revisión de bicicleta y otra rueda de entrevistas para los medios oficiales en el camión de prensa. Mientras espera algunos aficionados le reconocen pese a no llevar ya el maillot rojo. Primoz, Primoz, Roglic, Roglic¡¡¡ Lo entiende sin problema, un selfie. Recuperado, no pierde ni un instante en responder. Sonrie para la foto. Sigue dando síntomas de no estar cansado.