“La Paris-Roubaix es una carrera horrible para correr, pero la más bella para ganar”, Sean Kelly dijo esto del “Domingo en el Infierno” y no se lo vamos a discutir. ¿Quién no agradece ver esta clásica en televisión en vez de estar corriendo entre el barro y la lluvia? La carrera tiene una mezcla única de acción y circunstancias imprevisibles que hace que parezca de otra época del ciclismo. Y con su linaje que data desde 1896 puede que sea verdad. Esto es lo que la hace tan interesante, y las siguientes fotos lo prueban.