Se visible
Sabemos que aún falta un mes para Navidad, pero no dudes en iluminarte como un árbol de Navidad para que la gente pueda verte en la carretera. Sí, ser visible es esencial independientemente de la infraestructura ciclista de tu ciudad, pero cuando tienes que circular con el resto del tráfico, necesitas ser extra visible. Esto incluye ropa más brillante, más luces y reflectores en tu bicicleta y algunos elementos intermitentes en tu mochila o casco. No sólo debes ser visible, sino también llamar la atención.
Así que cómprate una chaqueta reflectante, pon un reflector en tu mochila y algún tipo de intermitente. Asegúrate de ponerte luces reflectantes en las manos para que, cuando hagas un gesto de giro, los demás participantes en el tráfico se den cuenta inmediatamente. Por último, asegúrate de que las pilas de tus luces están siempre bien cargadas y listas para la marcha.
Puede que pienses que esto es sólo para la noche, pero no es del todo así. En primer lugar, durante el invierno suele ser de noche la mayor parte del tiempo. En segundo lugar, y más importante, incluso durante el día la visibilidad no es perfecta, sobre todo si llueve, nieva o hay niebla. Por tanto, no sobreestimes lo buena que es la visibilidad en el exterior y asegúrate de que te verán.
Elige bien la ruta
Elegir bien el itinerario es otra obligación si no hay infraestructura ciclista. Que haya un carril bici no siempre significa que sea seguro. Por ejemplo, cuando nieva mucho, las máquinas quitanieves empujan la nieve hacia el arcén, que suele ser donde están los carriles bici. Así que, como regla general, durante las nevadas intensas, evita las carreteras principales, ya que serán las primeras en ser limpiadas.
Por lo demás, todo depende de cómo esté regulado el tráfico en tu ciudad. Si hay carriles bus en las carreteras principales, puedes utilizarlos con relativa seguridad para desplazarte. Aun así, asegúrate de no bloquear el transporte público e intenta siempre cederle el paso. Además, asegúrate de que esto es realmente legal en tu país o, si es ilegal, de si alguien hace cumplir las normas.
Otra buena solución es elegir rutas con tantos semáforos como sea posible. Sí, esto suena contraintuitivo y sin duda prolongará tu trayecto, pero cruzar cuando hay un semáforo es mucho más seguro que la alternativa. Por último, siempre que haya un carril bici seguro o un parque que puedas tomar, hazlo, aunque te alargue un poco el trayecto. Al fin y al cabo, lo importante es llegar seguro a tu destino.
Coge todo el carril
Éste es otro consejo muy controvertido que probablemente suscitará un debate, pero la seguridad es lo más importante cuando hablamos de ciclismo. Además, la mayoría de los conductores agradecerán que ocupes todo el carril, ya que te verán mucho mejor y, de todos modos, si te adelantan, tendrán que cruzar al menos parcialmente por el carril siguiente. Así pues, quedarse atascado en el arcén cuando hay cunetas, agua, nieve o barro no sólo es peligroso para ti y para los conductores que vienen detrás, sino también totalmente inútil.
Así pues, ocupe todo el carril derecho, o al menos la mayor parte de él, y asegúrese de evitar los lugares donde pueda acumularse agua alrededor de las alcantarillas. Cuando hace frío, son los primeros lugares que se congelan. Pisar un lugar así te hará saltar por los aires en un instante.
La mayoría de las veces, cuando conduces por la ciudad, los semáforos te paran de vez en cuando. Así que, cuando eso ocurra, asegúrate de ceder el paso a todos los coches y pégate al último. De este modo, no bloquearás el tráfico y tendrás tranquilidad.
Use rush hour to commute
Otra solución muy contraintuitiva que te resultará de lo más útil. La gente tiende a evitar ir en bici en hora punta. Y sí, tiene sus muchos, muchos inconvenientes. Pero aun así, los coches son los más lentos en hora punta, y puedes circular relativamente seguro junto a ellos. Aun así, hay algunas normas generales que debes seguir. En primer lugar, y lo más importante, nunca circules entre carriles mientras se mueve el tráfico. Intenta mantenerte en el carril derecho, y podrás avanzar mientras los coches están parados. No aceleres, ya que en cualquier momento alguien puede abrir la puerta. Sí, en hora punta también irás lento.
Cuando empiece el tráfico, pégate al coche de delante y ocupa todo el carril. De este modo, el conductor de delante te verá por los retrovisores y sabrá exactamente dónde estás, mientras que, al mismo tiempo, el de detrás mantendrá la distancia y no tendrá la tentación de adelantarte. En la mayoría de las ciudades sin infraestructura ciclista, el tráfico en hora punta no permite grandes velocidades, así que no te preocupes; podrás seguir el ritmo del que te precede. Pero no olvides que la calzada puede estar resbaladiza. Así que mantén la distancia con el coche de delante, ya que puede detenerse bruscamente en cualquier momento, y no querrás subirte a su asiento trasero desde la ventanilla trasera.
Extrema las precauciones
Dicho esto, hay que extremar las precauciones, incluso en verano. Pero en invierno, la precaución es doble. Hay un montón de peligros en la carretera, y los coches son el menor de tus problemas. En la mayoría de los casos, los conductores son lo bastante tolerantes como para dejarte pasar. Aun así, hay hielo negro, nieve, placas de hielo, quitanieves, charcos profundos y todo tipo de peligros a los lados de la carretera. Mantener los ojos en todas partes es imprescindible si quieres conducir en invierno, cuando ninguna infraestructura lo permite. Aun así, eso no significa que debas rendirte. Sigue los consejos anteriores y todo irá bien. Ahora, cambiemos los neumáticos por unos de invierno y pongámonos en marcha.