No te precipites
Si tienes malos recuerdos de montar en bicicleta con mal tiempo o simplemente no estás seguro de cómo te desenvolverías, lo mejor es que te lo tomes con calma. Puedes empezar pedaleando con lluvia ligera e ir subiendo gradualmente a condiciones más difíciles. También deberías hablar con otros ciclistas de confianza sobre tu miedo al mal tiempo. Pueden darte apoyo y consejos, y ayudarte a ganar perspectiva.
Prepárate para lo que te espera
Algunas cosas cambian en el ciclismo cuando llega el mal tiempo. Esto no significa que no puedas mantenerte seguro, simplemente tienes que adaptarte a la nueva situación.
Ten en cuenta la distancia de frenado: El mal tiempo equivale a carreteras mojadas y eso significa una mayor distancia de frenado. La tracción es peor y el frenado no es tan eficaz, aunque tengas frenos de disco. Ten especial cuidado con la pintura húmeda de la calzada, el acero mojado, como los raíles, y las hojas mojadas, ya que son los elementos más resbaladizos.
Mantén la temperatura corporal: La ropa adecuada es esencial para el mal tiempo. Un chubasquero es imprescindible. Te mantendrá seco, te ayudará a conservar el calor corporal y te protegerá del viento. Pero si sientes que el ciclismo con mal tiempo no te mantiene lo suficientemente caliente, prepárate para hacer la llamada para parar y buscar refugio.
Ten cuidado en caso de tormenta; Es importante saber que los neumáticos de las bicicletas no te protegerán de los rayos. La energía que emiten es demasiado alta y los neumáticos son demasiado pequeños para aislarte. Si crees que es probable que caigan rayos, lo mejor es que busques refugio en un edificio o bajo un puente.
Prepárate para los contratiempos
Esto nos lleva a otro miedo que suelen tener los ciclistas relacionado con el mal tiempo. El miedo a quedarse tirado lejos de casa. Probablemente puedas evitar que el mal tiempo sea la causa de esto planificando adecuadamente tu ruta en función de la previsión. Y debes llevar tu teléfono cuando circules lejos de casa, sobre todo cuando haya probabilidades de mal tiempo, para poder pedir ayuda. También es una buena costumbre avisar a alguien de adónde te diriges y por cuánto tiempo.
La segunda razón más común por la que los ciclistas se quedan tirados lejos de casa son los problemas mecánicos. Ser incapaz de hacer frente a problemas mecánicos puede aumentar mucho este temor. Para superarlo, debes tener las herramientas y unos conocimientos básicos sobre cómo arreglar los problemas más comunes.
Arreglar un pinchazo: Recuerda llevar una cámara de repuesto, desmontables para neumáticos y algo con lo que inflar la cámara (los cartuchos de CO2 son ligeros y cómodos, pero una bomba puede utilizarse varias veces). Lo ideal es que practiques en casa cómo arreglar un pinchazo.
Reparar una cadena rota: Romper una cadena es raro, pero es un gran problema cuando ocurre lejos de cualquier ayuda. Por suerte, también es fácil de arreglar. Necesitas una multiherramienta con un tronchacadenas para quitar el eslabón dañado, así como un “Powerlink” para volver a unir los extremos rápidamente y sin herramientas. Esto puede ser muy útil en viajes largos.
Con el equipo, las herramientas y los conocimientos adecuados en tu haber, podrás superar tus miedos y sentirte más seguro al pedalear, independientemente del tiempo que haga o de la distancia que te separe de casa.