La Vuelta de la incertidumbre. De Evenepoel a Roglic y Mas

Escrito por Luis Ortega @Ciclored

Si hay algo que mueve al aficionado al ciclismo a ponerse delante de la pantalla o a pie de cuenta es la incertidumbre de lo que puede pasar en carrera. Hay etapa con ‘previsibles’ finales al sprint que acaban con un zafarrancho de batalla, como en la Vuelta 2019 camino de Guadalajara. Y otras de alta montaña en las que se mueve la cosa poco o nada. Después de la crono de Alicante Remco Evenepoel parecía tener La Vuelta en el bolsillo. Dos puertos con pérdida de tiempo después… hay incertidumbre. 

Ahora mismo toda La Vuelta gira al son de la joven estrella belga. Durante 10 días su dominio fue total. Sacó tiempo o hizo igual que sus rivales en Pico Jano, Collaú Fancuaya y Les Praeres. Arrasó en la crono de Alicante, como por otra parte era esperable y se granjeó una ventaja casi insalvable de casi tres minutos sobre Primoz Roglic y Enric Más. Vuelta casi controlada y más después del final en Peñas Blancas, conde volvió a controlar sin problemas a todos los favoritos, incluso se dio el gustazo de tirar del grupo cuando no hacía falta.

Ya era la etapa doce y acababa de pasar su umbral de la incertidumbre. El mismo que en el Giro de 2021 hizo ir cuesta abajo al belga. En la ronda italiana aguantó hasta esa etapa la batalla con Egan Bernal, después se vino abajo hasta marcharse a casa por una caída.

En La Vuelta se han empezado a encender las alarmas en el Quick Step en el fin de semana de montaña andaluza. Remco no ha sido el de Asturias ni el de Peñas Blancas. Es cierto que todavía lleva un vendaje debajo del culotte para proteger el rasponazo que se hizo al caerse él solo bajando desde Coín a Marbella. Curva a derechas, tumbada y golpe en el lado derecho. Por suerte para él deslizó por el asfalto y ‘sólo’ se quemó. El día anterior Julien Alaphilippe se había caído de la misma manera y se tuvo que marchar a casa con el hombro derecho dislocado. La incertidumbre, que aguarda en cualquier esquina del ciclismo.  Ya sea en forma de caída o de positivo Covid, que si no tienes la máquina PCR del UAE te manda a casa independientemente de tu carga viral (esto da largo y tendido para otra crónica…). La de Yates, en teoría alta porque después de hace séptimo en la crono de Alicante se tuvo que marcha a casa. La de Ayuso, en teoría baja, porque después de su positivo sigue en carrera y ahora ya es cuarto de la general por delante de Carlos Rodríguez, que en estos lances ha perdido la baza de Sivakov (sin máquina PCR)

Las dudas sobre Remco

Para que Remco Evenepoel empezase a generar dudas hizo falta sacar la mejor versión del Jumbo Visma, que no es ni mucho menos el del Tour y que está echando en falta a Seep Kuss, que se fue a casa con fiebre, pero si Covid. Era en La Pandera, puerto de rampas imposibles. Algo menos que Les Praeres, pero solo un poco menos. Siete kilómetros desde la valla del Alto de los Villares. Solo necesitó dos Roglic para lanzar su ataque. Remco, ya sin compañeros, le vio marcharse y no hizo nada. Prohibido salir a los cambios de ritmo, que gastas más energías de las necesarias. Las ascensiones de Evenepoel son contrarrelojes individuales. No mira a nadie.

Por eso cuando se marchó Enric Mas buscando la rueda de Roglic tampoco se inmutó. Ni cuando se quedó de rueda de Carlos Rodríguez. Los tres hombres que le seguían en la general iban por delante, pero Remco seguía a lo suyo. Sentado y minimizando pérdidas.  En meta, 52 segundos con el esloveno y solo 20 con Enric Mas y Carlos Rodríguez. Match ball salvado. Pero los lobos ya habían olido sangre.

Así que para Sierra Nevada, con el Purche como aperitivo, más de 4.000 metros de desnivel acumulado y meta a más de 2.000 metros de altitud, se esperaba batalla de todos contra Remco. Había que probar uno de los terrenos en los que el belga todavía no se sabía si podía rendir al máximo. Al inicio de Hazallanas, la vertiente de más dura que puede tener la larga subida a Sierra Nevada, cogió la responsabilidad el Jumbo. Primero Gesink, luego Harper. Se esperaba el inevitable cambio de Roglic. Lo hizo, pero no se marchó de nadie. Remco, Mas y compañia adosados a su rueda. Rampas del 15%, más de 15 kilómetros a meta. Desistió y se puso el último del grupo. Incertidumbre. ¿Ahora quíén marcaba el ritmo en un grupo de favoritos sin gregarios? Pues Remco, en su versión contrarreloj individual.

Así llegaron a falta de 10 kilómetros a la cima, donde la carretera se hacia más benigna. No más del 8%. Allí se marchó Enric Mas. Atacó. Se fue y nadie intentó salir a su rueda. Evenepoel a su ritmo. Roglic cerrando el grupo al que se había unido O’Connor, que buscaba la etapa. Ayuso minimizando pérdidas de la mano de Almeida y Marc Soler y Carlos Rodríguez sufriendo más atrás junto a Carapaz.

Enric Mas se encontró con Miguel Ángel López, que se ha ‘apuntado’ al final de la Vuelta. La extraña pareja. El colombiano utilizó a David de la Cruz para intentar ganar la etapa y Mas aprovechó la ayuda. Cogieron al resto de los fugados y a falta de dos a meta fue el mallorquín el que tiró del grupo, con Superman a su rueda. Casi sin mirarse, pero con intereses comunes. Entre ambos consiguieron botín.  Enric 32 segundos sobre Evenepoel y Superman recortar distancias con Carlos Rodríguez, que se acabó desfondando. Roglic también se cobró 15 segundos sobre el belga, que pueden parecer una miseria ahora, pero que este domingo en Madrid quizás sean decisivos.

Piornal, el Piélago, Morcuera y Cotos

Los vaivenes de la general nos han dejado una Vuelta de cinco etapas, seis si contamos la última de Madrid, en las que se van a medir las tendencias. Ya no hay crono ni colchón para Evenepoel, que en teoría va a menos y tendrá que defenderse a su ritmo en las tres llegadas en alto, Monasterio de Tentudía, Piornal y Navacerrada y procurar no quedarse sin equipo en la corta pero peligrosa etapa del Piélago con final en Talavera.

Roglic parece en clara línea ascendente. Llegó corto de forma a La Vuelta después de su caída del Tour y va cada día a más. Su gran problema es que no tienen al Jumbo ‘galáctico’ del Tour.  Harper, Dennis y Gesink poniendo ritmo en los puertos nos son Van Aert, así que la estrategia del esloveno irá más al cara a cara con Evenepoel. Al final solo les separan 1 minuto y 34 segundos en la general, hay bonificaciones y el Quick Step solo tiene la opción de meter a Masnada o Van Vilder en las escapadas para ayudar a Remco.

Enric Mas también se fue del Tour. Se refugió. Dejó de publicar y se centró en La Vuelta. Aguanta la presión mediática y la de un equipo que depende de él para seguir en el World Tour. En su aval, que fue el mejor de los favoritos en la etapa más dura de la Vuelta, en su debe, que ya no quedan etapas tan duras, salvo de la Sierra de Guadarrama. En el aire, el trabajo que le puede hacer Alejandro Valverde, el único Movistar que ahora mismo puede romper un grupo de favoritos.

Un factor clave será Miguel Angel López, que está yendo a más en La Vuelta y va a buscar una etapa de montaña y estar lo más cerca del podio. En su batalla puede arrastrar a alguno de los tres anteriores y salvo conflicto de intereses (o conflicto puro, que ya sabemos como es Superman) beneficiarles o perjudicarles en sus opciones por ganar La Vuelta 2022.

Y el terreno que hay por delante, pues no demasiado duro, pero suficiente para una tercera semana de Vuelta.  El miércoles se llega al Monasterio de Tentudía. Un final inédito de la carrera. Es un segunda de 10 kilómetros al 5%, con descansillo en la mitad. Eso quiere decir que los últimos cuatro kilómetros y medio van al 8% y que allí se pueden hacer diferencias. No muchas, pero hay 10 segundos de bonificación en meta.

Al día siguiente, jueves 8 de septiembre, será clave el trabajo de los equipos. En los últimos 90 kilómetros no hay terreno llano porque se sube el Piornal por sus tres vertientes. La Desesperá, 3,7 kilómetros al 9,4% y las otras dos que son idénticas, 13,5 kilómetros al 5%. En teoría ideal para el ritmo de Evenpoel, pero ya estamos en su umbral de incertidumbre.

El viernes 9 de septiembre en Talavera no debería pasar nada en la general. Es una etapa corta con doble subida al Piélago (9,3 kilómetros al 5%, aunque el final es lo más duro) y con la cima a 40 de meta. Pero ojo con mostrar debilidades.

Y para el sábado 10 de septiembre resta una jornada muy similar a la de La Vuelta de 2015, aquella en la que un Dumoulin sin equipo cedió al trabajo de Landa, Zeits y Luis León Sánchez en favor de Fabio Aru. La ascensión a Navacerrada por la cara madrileña para hacer la fuga. Los repechos por la provincia de Segovia para meter ritmo. Y a partir de ahí cuatro puertos seguidos casi sin descanso. Dos segundas, Navafría y Canencia que no tienen grandes rampas y después La Morcuera, con su kilómetro al 10% a tres de coronar que volverá a ser el punto clave, porque después el puerto de Cotos es largo, pero nunca pasa del 8%. Y ojo, que desde su cima hay 6,5 kilómetros prácticamente llanos hacia la meta de Navacerrada, que si La Vuelta va muy ajustada pueden ser decisivos.