El Tour de Francia 2021 retorna al modelo clásico

Escrito por Luis @ciclored

El Tour de Francia 2021 retorna al modelo clásico. Aquel que durante los Tours de Indurain y de los 90 se solían recitar de memoria. Etapas llanas al principio, contrarreloj antes de la montaña, Alpes, un puerto de transición, Pirineos y contrarreloj final antes de París. Sólo falta la crono por equipos y el prólogo, pero el escenario es similar al de entonces.


Después de un Tour 2020 en septiembre, más raro que nunca, con montaña repartida en todas las semanas y resuelto en la cronoescalada final, la organización ha decidido retornar al modelo clásico. Por lo pronto ya anunció que la salida no iba a ser en Dinamarca, como estaba previsto, sino que se traslada a la Bretaña y que solo saldrá del territorio galo para las dos etapas de Andorra, otro clásico de la carrera francesa.

Un inicio clásico

El Tour de Francia 2021 arranca en la tierra de Bernard Hinault, en la Bretaña, un sábado 26 de junio porque este año hay Juegos Olímpicos. Y lo hace con una etapa prácticamente llana, con viento y repechos, pero con final en un puertecito de tres kilómetros, la Fosse Aup Loups, que impedirá a los velocistas llegar en cabeza. Al día siguiente mismo escenario, etapa peligrosa y con previsible viento y final en el Mur de Bretagne, otros dos kilómetros con rampas del 11%. Así que los primeros maillots amarillos no serán para hombres rápidos.

Su turno llegará en las dos siguientes jornadas, cuando el Tour se encamine hacia el centro de Francia en busca de la primera contrarreloj individual, que llega en la quinta etapa. Serán 27 kilómetros prácticamente llanos entre Change y Laval que darán las primeras ventajas entre los velocistas. Desde el Tour de 2008 no había una crono tan larga en la primera semana de Tour.

Los escaladores del Tour de Francia 2021 tendrán que aguantar otro día de llano, con llegada en Chateauroux, para empezar a recortar tiempo. La etapa siete es la más larga de los últimos 21 años años de Tour. 248 kilómetros con final en Le Creusot y 3.000 metros de desnivel, con el inédito Signal de Uchon (6 kilómetros al 6%) a 18 de meta.

El fin de semana llegan un Alpes muy light, como suelen ser en el Tour cuando son en la primera semana de carrera.
El sábado 3 de julio es la primera etapa de montaña con un final clásico, Le Grand Bornard y las subidas finales a Romme y Colombiere para acabar en descenso.


El domingo 4 de julio el Tour devuelve el protagonismo a Tignes después de que en 2019 no pudiese llegar la carrera por la granizada y los desprendimientos de tierra de aquella etapa. Jornada corta, pero con casi 4.000 metros de desnivel acumulado con Saisies, Col du Pre, Cormet de Roselend y final en alto en Tignes, con un puerto largo, 21 kilómetros, pero tendido, al 5,6%.

Segunda semana con Ventoux y Andorra

Después de la jornada de descanso en Tignes, el Tour de Francia 2021 empieza la segunda semana con una etapa llana con final en Valence. Sera la antesala de una de las etapas claves de 2021, porque se sube el Ventoux y allí siempre hay batalla. En esta ocasión será en una etapa de 200 kilómetros y casi 4.000 metros de desnivel con doble ascensión al gigante de la Provenza, la primera casi inédita por Sault y la segunda clásica por Bedoin. Eso sí, la meta no estará en el paisaje lunar de la cima, sino después de 22 kilómetros de descenso hacia Malaucene.


La carrera sigue paralela al Mediterráneo, lo que supone previsible viento, camino de Nimes y Carcassone, dos ciudades históricas y medievales y que casi con toda seguridad verán una fuga consentida o un sprint. Son la antesala del fin de semana, en que el vuelve la montaña. El sábado la etapa 14, entre Carcassone y Quilan. Media montaña por los Pre Pirineos con 185 kilómetros con multitud de cotas, puntuables o no, y un último puerto, el Col de Saint-Louis, 4,7 kilómetros al 7,4%, situado a solo 15 de meta.

El domingo 15 de julio el Tour llega a los Pirineos y a Andorra con una etapa de montaña diferente a las habituales. Serán casi 200 kilómetros con salida en Ceret y puertos de paso largos y tendidos. Font Romeu (8,4 km al 5,7%), Puymorens (5,9 kilómetros al 4,6%) y Envalira (10,7 kilómetros al 6,2%) para bajar a Encamp y subir el durísimo Beixalis, con cuatro kilómetros iniciales al 12% y cuya cima está a 15 kilómetros de la meta en Andorra. Así que los escaladores también tendrán que bajar.

Tercera semana con Pirineos y crono

En esta edición los Pirineos no decidirán el Tour, porque la sentencia definitiva esperará en la crono. Después del día de descanso en Andorra la ronda gala sale de Pas de la Casa para atravesar Col de Port, Col de la Core y Portet de Aspet antes de llegar a Saint Gaudens. En principio debe haber espacio para una fuga, pero cualquiera de los favoritos lo pueden intentar porque hay terreno suficiente.

Quizás la etapa reina del Tour llega el miércoles 14 de julio, día de la Fiesta Nacional gala. Serán 178 kilómetros divididos en dos partes. Los primeros 113 hasta Bagneres de Luchon prácticamente llanos y los 65 últimos los mismos que en aquella etapa de 2018 (y que solo tuvo ese recorrido). Peyresourde (13 km al 7%), Val Louron (7,4 km al 8,3%) y el final más duro de todo el Tour, el Col du Portet, con sus 16 kilómetros al 8,7% de desnivel.


Al día siguiente una etapa clásica donde las haya, pero menos dura de lo habitual para ser la última de alta montaña del Tour. Salida en Pau y 80 kilómetros llanos hasta Saint Marie Campan. Desde allí 50 kilómetros con  el mítico Tourmalet por su vertiente más dura (La Mongie) con 17 kilómetros al 7,3% y final en un clásico de la carrera francesa, Luz Ardiden, con sus 13 kilómetros al 7,5%.

Una etapa llana con final en Libourne como última opción para los aventureros y el sábado 17 de julio se decidirá el Tour en Saint Emilion, con una crono de 31 kilómetros que dará el maillot amarillo para vestirlo en Paris.