En primer lugar, ¡felicidades por este emocionante papel! ¿Qué significa para ti ser la directora del TdF Femenino?
Significa mucho. Después de que Christian Prudhomme me llamara para ofrecerme el puesto y colgara el teléfono, vi a la niña que era a los seis años cuando empecé a montar en bicicleta y me di cuenta de lo lejos que había llegado. El Tour de Francia lo es todo. Cruza las fronteras del deporte y es un acontecimiento con tanta expectación. Así que, naturalmente, es un gran honor tener este papel.
Has trabajado en un campo dominado por los hombres durante la mayor parte de tu carrera. ¿Qué tipo de retos has tenido que superar?
En realidad no he tenido ningún problema para trabajar en un deporte dominado por hombres porque, desde que empecé mi carrera de ciclista a los seis años, estoy acostumbrada a ser la única chica presente. Es un entorno en el que he evolucionado y me he acostumbrado. Además, siempre me he asegurado de estar donde debo y merezco estar y no esperar ningún trato especial. He trabajado mucho para ganarme el respeto.
He leído que creciste viendo el Tour de Francia, pero que nunca sentiste que fuera algo en lo que pudieras participar debido a tu género. ¿Qué piensas de las diferentes oportunidades disponibles para hombres y mujeres durante una carrera como ciclista profesional?
A menudo pensaba que era injusto. Es cierto que cuando estábamos en el equipo nacional de ciclismo francés durante los campeonatos europeos o mundiales, compartíamos el mismo hotel que los hombres y podíamos ver la diferencia de trato. Así que sí, era una sensación difícil. Al mismo tiempo, luchamos y ahora no le debemos nada a nadie. Si hoy existe un Tour de France Femmes avec Zwift, no es un regalo para las corredoras, sino algo por lo que han luchado y se merecen.
¿Cómo calificarías la evolución del ciclismo femenino en los últimos 10 o 20 años?
Ha sido un cambio muy dramático. Cuando yo era corredora, no teníamos sueldos, salvo unas pocas elegidas. No teníamos autobuses para cambiarnos, así que teníamos que hacerlo detrás de los camiones, de forma similar a como se hace en las carreras de aficionados. Afortunadamente, la UCI ha trabajado en esto instalando un salario mínimo, así que ahora todas las chicas del World Tour son empleadas. Esto ha mejorado enormemente el nivel de la competición, permitiéndonos ver ahora algunas carreras realmente increíbles. Además, tengo la suerte de poder comentar estas carreras con France TV durante todo el año, lo que es excelente.
Tengo entendido que dejó el ciclismo profesional porque no era una opción viable para mantenerse en ese momento. Las cosas han mejorado, pero aún queda mucho camino por recorrer. ¿Cuál cree que es actualmente el reto o problema más importante al que se enfrentan las mujeres ciclistas?
Como he mencionado, ahora hay un salario mínimo. Sin embargo, sigue siendo mucho menos de lo que reciben los hombres, así que éste podría ser uno de los primeros temas a tratar. Otra cuestión crucial es garantizar la medialización del deporte, lo que ayudará a desarrollar los salarios. Esto es lo que intenta hacer el Tour de France Femmes avec Zwift, que se retransmite en 190 países de todo el mundo. Se ha creado un plan de negocio para el ciclismo femenino, pero todavía tiene que crecer. A través del Tour de France Femmes avec Zwift, queremos ser capaces de traer y atraer nuevos inversores a este deporte.
¿Qué ha sido lo más gratificante de ser el director del Tour de France Femmes hasta ahora? ¿Ha habido alguna sorpresa importante?
Lo que me gusta de este cargo es poder seguir el proyecto de principio a fin e ir a conocer a las autoridades locales que acogen la carrera. Sin ellos, la carrera no sería posible. Además, desde el punto de vista deportivo, me encantó estar en el lugar para reconocer las diferentes etapas. Así que lo que me gusta es todo el conjunto del trabajo.
¿Cómo ha cambiado su visión de la importancia de los coches en las carreras desde que pasó de ser ciclista profesional a ejercer de director de carrera?
En el coche líder, estoy en el puesto número uno. Esto significa que estamos justo detrás de cualquier escapada que se produzca. Como tal, siempre hay que estar preparado. Nuestro campo de trabajo está en la carretera, así que si hay un accidente o cualquier otro imprevisto que no forme parte de la carrera, tienes que estar preparado para reaccionar. Estoy constantemente en comunicación, tanto telefónica como por radio, con todos los equipos de dirección de la carrera para asegurarme de responder adecuadamente.
¿Cuál es el futuro del Tour de Francia Femenino?
Queremos que este acontecimiento siga funcionando dentro de 100 años. Por lo tanto, hemos hecho todo lo posible para que su longevidad sea viable y estamos seguros de que funcionará. No se trata de una versión barata del Tour de Francia; es el auténtico, y sabemos que las chicas y su fuerza de voluntad ofrecerán tal espectáculo que la gente quedará convencida. Y de cara al futuro, no nos cerramos ninguna puerta. Queremos seguir desarrollando esta carrera. Hoy estamos en ocho etapas, lo que garantiza el equilibrio, pero en el futuro queremos seguir creciendo. ¿Y por qué no hacerlo añadiendo más etapas?