Cuando ves al ciclista pasar la línea de meta llega descompuesto. Sobre todo los que han estado disputando la victoria de etapa y los que pelean por la general. Las caras de King, Maté, Rolland, Yates, De la Cruz, Yates, Kuss, Bilbao, incluso Kwiatkowki, son un poema. Gestos de dolor. Incluso a algunos los tienen que sujetar para que no se caigan nada más pasar la línea de meta.
Esfuerzo al límite. Cuerpos al límite. Velocidad al límite. Sufrimiento al límite. Los ves delgados, extremadamente delgados. Con los maillots transparentes de verano por los que se clarean los huesos. Piel fina. Son casi con un pelele en brazos del auxiliar, que les guía entre la marabunta de la zona de meta a un lugar más tranquilo.
La labor del auxiliar
Un respiro, dos, tres. Respiración entrecortada. Mueca de dolor. Casi hace falta algo de tiempo para que puedan dar el primer trago. Con el desparece un bote de un tercio de lo que sea, agua, isotónico, refresco, qué más da. A gusto del ciclista. Lo primero de todo es recuperar líquidos, sobre todo con este calor del inicio de Vuelta.
Mientras el ciclista bebe el auxiliar empieza a secarle. Cualquier rastro de sudor frío puede acarrear un resfriado, que sería fatal para seguir ‘vivo’ en La Vuelta. Cuerpos al límite, recuerden. Toalla, camiseta seca, maillot seco, pelo seco. Incluso una toalla al cuello para la bajada.
Ahora alguno incluso empieza a comer. Sagan echa mano de las gominolas de Haribo (las que llevan años patrocinando el Tour), algún dulce, un plátano. Aunque el cuerpo todavía no está para asimilar demasiados alimentos sólidos. Todavía tienen tiempo de hablar con la prensa. Quintana, Yates, Valverde, Kwiato… la mayoría de los favoritos dedican unos diez minutos a aparecer en los medios. También es parte del trabajo, claro.
A la cima de Alfaguara solo han llegado un puñado de coches de equipo. No hay demasiado espacio y el descenso en coche es lento. Silbato, chaqueta cortavientos (si, a 35 grados) y el ciclista tira para abajo hacia el bus de equipo. Como hay que pedalear algo en la bajada muchos se ahorran el rodillo, que con esta temperatura tampoco apetece demasiado.
Músculo y nutrición
Ese es el otro pilar de la recuperación, el tono muscular. El rodillo se suele utilizar para eliminar el ácido láctico que queda en las piernas del ciclista al acabar y que, normalmente, no tiene espacio físico para rodar una decena de minutos. Después tocará pasar por el masajista, pero eso depende del día. Si es como en la etapa de Granada, con los hoteles cercanos, esperan a llegar al hotel para pasar por las manos del masajista, si el desplazamiento es de varios kilómetros… tocará masaje en el mismo bus.
Y es que el bus de equipo es el segundo centro de recuperación. Ahí ya toca comer. Frutas, recuperadores ‘comerciales’, arroz, pavo, sandwichs, pasta… El cuerpo pide y hay que darle. Una ducha dentro del bus para acabar de sentirse agusto y a esperar que llegue todo el equipo para ir al hotel. Alguno incluso se echa una siesta antes de llegar al hotel.
Y a partir de ahora. Cama, masaje, frío, relajación (y ahora incluso Compex o recuperadores eléctricos), cena a base de hidratos y proteinas y otra vez a la cama. Todo el sueño que puedas acumular siempre viene bien. Mañana vuelve a tocar dar pedales y a repetir la cadena. Desayuno, traslado a la zona de salida… y una etapa más.
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