Tour de Flandes Cicloturista…. así son los adoquines

Escrito por Luis Ortega @ciclored

El Tour de Flandes Cicloturista es la máxima expresión de la pasión ciclista. 16.000 aficionados pedaleando por los muros de Flandes en un escenario que al día siguiente será el mismo por el que corran sus ídolos profesionales. Pasión, ciclismo y cultura de un deporte que en Flandes es casi una religión y que el día anterior a la carrera profesional consigue reunir a cicloturistas de casi cualquier rincón del mundo.

Si algo tiene el Tour de Flandes es historia, pasión, épica… y sobre todo adoquines. Es la clásica del norte con más tradición y la que consigue reunir en su recorrido todas las formas. Tramos planos de adoquines como Paddestraat, muros adoquinados como Koppenberg y muros de asfalto como Berendries o Hotond, que en 2018 decidió la carrera de los profesionales.

Y como no, tiene su apartado cicloturista que consigue que todos los apasionados de nuestro deporte puedan hacer lo mismo que los profesionales. En 2018 había hasta cuatro recorridos distintos, desde el de 235 kilómetros, que partía de Amberes y acababa en Oudenaarde (similar al de los profesionales) a los de 175, 134 y 75 kilómetros con salida y llegada en Oudenaarde (meta oficial del Tour de Flandes). En mitad, Koppenberg, Kapelmuur, Oude Kwaremont, Paterberg…. ciclismo puro.

Siempre que hay ciclismo puro Škoda está presente. En el Tour de Flandes en la zona de llegada con fotos para todos los participantes y una zona de masaje que viene de lujo para recuperar las piernas (y los brazos) después de kilómetros de adoquines. Después, la cara de felicidad que se queda es esta de aquí abajo.

Para que no te pierdas nada te hemos contado nuestro Tour de Flandes cicloturista en vídeo, con los momentos más importantes y un resumen de qué sucede entre 16.000 ciclistas.

RESUMEN DE NUESTRO TOUR DE FLANDES CICLOTURISTA

SALIDA OUDENAARDE
Lo bueno de la salida del Tour de Flandes Cicloturista es que es libre. La organización pone unos horarios y cada cual sale a la hora que le apetece. En nuestro caso, para hacer la de 175 kilómetros teníamos desde las 07.00 a las 08.00. Ventaja, no se forman pelotones y no hay atascos en la salida ni hay que estar esperando y pasando frío.

KAPELMUUR

Parte de la historia del Tour de Flandes y que fue recuperado el año pasado. En el Kapelmuur se decidía traidicionalmente la carrera hasta hace 6 ediciones. Aún así su nombre y sus adoquines huelen a épica y ciclismo y la capilla de la cima da nombre al Muur de Gerardsbergen. La foto en la cima es obligatoria. Y una aliciente más, porque en la versión cicloturista de Flandes no hay tiempos ni chip, por lo que tampoco tensión ni prisas por llegar temprano a meta.

PATERBERG
El sustituto del Kapelmuur ha sido el Paterberg, que es el último muro antes de afrontar la recta de meta hacia Oudenaarde y que roza el 22% de desnivel. Por el camino quedan cuestas míticas de adoquines como las de Koppenberg, Kruisberg o Oude Kwaremont. Al final en 170 kilómetros se llegan a acumular 2000 metros de desnivel.

META

Otra de las tradiciones del Tour de Flandes es hacer los 10 últimos kilómetros a fuego. Se reduce el tráfico, incluso en los tres últimos kilómetros es inexistente, y se puede rodar a toda velocidad por el plano. Eso sí, el viento suele jugar un papel importante, porque cuando sopla lo hace con una intensidad inusitada. El último esfuerzo de Flandes siempre tiene que ser a tope. La línea de meta lo merece.

ZONA Škoda

Después de una kilometrada como el Tour de Flandes toca descanso y fiesta. En la plaza del centro de Oudenaarde ya está montada, con media docena de bares abiertos con cerveza y música a todo trapo. Un poco más allá, en el Qubus, es la zona de relax con las fotos oficiales y los masajes gratis de Škoda. Obligatorio soltar los músculos después del sufrimiento y los botes de los adoquines.