Cómo dar la vuelta al mundo en bici por menos de 200€

Escrito por Adam Marsal

Algunas personas dicen que quieren hacerlo, pero el checo Matěj Balga se montó en su bici hace tres años y literalmente viaja a a través del mundo. Ha cruzado Asia, el norte de América hasta México, casi se ahoga en el mar del Caribe, ha trabajado en Colombia y ahora se abre camino a través de las densas junglas de la Amazonia. Parece que nada puede pararle ¿su razón? Amor puro.

¿Qué te llevó a tomar la decisión de salir de viaje?

Hubo una chica, una chica con la que creía que me casaría algún día. En febrero de 2014 me puse muy enfermo, imagino que éramos demasiado jóvenes para manejarlo y todo se echó a perder. A finales de agosto la vi marcharse en avión a Corea del Sur, y simplemente así, desapareció.

Lo significaba todo para mi, y no pude lidiar con ello, así que me compré una bici usada con la vaga intención de recuperarla, de hacer algo grande y atrevido para demostrarle lo mucho que me importaba. Y entonces, incluso si no funcionaba, creía que las largas noches en soledad, los lugares nuevos y los cielos llenos de estrellas podían curar casi cualquier herida. Tres semanas después estaba en marcha.

 

Leyendo tu blog no queda claro si utilizas la misma bici todo el tiempo, la perdiste o la cambiaste por otra ¿Puedes contarnos un poco sobre el tema? ¿Y puedes hablarnos sobre lo que llevas contigo?

Sí, Baghira aún me sigue a todas partes, aunque los únicos componentes que han resistido el viaje son el cuadro Specialized de aluminio y la horquilla con suspensión que no funciona. Reconstruí la bici por completo en Canadá, ahora lleva un par de discos de freno, un sillín Brooks, ruedas de cicloturismo de 36 radios y lo mejor de todo: Una dinamo de buje que da energía al sistema de luces Busch&Miller con un cargador USB.

Recorriendo una solitaria carretera en la costa de camino a Manta, dispuesto a cruzar el ecuador por cuarta vez. Ecuador, enero de 2017.

 

Respecto al equipaje, tengo portabultos de aluminio delante y detrás, cada uno lleva dos alforjas a los lados, las de delante son para ropa (ahora mismo 8 piezas, dos camisas, dos camisetas, pantalón, pantalón corto, un par de tejanos para las ciudades y una chaqueta) y también para comida (cocino principalmente en mi pequeño hornillo a gasolina para ahorrar lo máximo posible). Detrás llevo las cosas de camping (hamaca, saco de dormir y esterilla) además de Ladybug, mi barca hinchable. He añadido también un violín, un objeto tan innecesario como placentero, en mi opinión.

 

¿Cuantos kilómetros llevas ya recorridos? ¿Los sigues contando?

Cada vez es menos importante, pero la mayor parte del tiempo el cuentakilómetros se encarga de ello y ahora mismo los dígitos han parado en 18.445 kilómetros.

 

Algunas personas van en bici cada día a un nuevo destino, pero tu viaje parece más complejo ¿Qué más haces a parte de pedalear?

Si hablamos de medios de transporte, en Asia me vi forzado a coger unos cuantos trenes, normalmente a causa del clima o los obstáculos burocráticos. Hice auto-stop en la mayor parte de mi travesía por Turkemistán, cogí un avión para atravesar el Pacífico, combiné bici y senderismo para llegar al Magic Bus en Alaska, conducí un coche desde Whitehorse a Vancouver para un tipo que prefería volar en vez de conducir, remé por el Caribe desde Panamá a Colombia, anduve una parte de Ecuador y, por último, me dejé caer por los ríos del bosque de la Amazonia con mi barca hinchable, a través de Ecuador, Perú, y desde Colombia a Brasil.

Pero es principalmente un viaje de instrospección, y como tal no debo olvidar mis medios de transporte mentales, entre los cuales destacan la compañía femenina, la buena literatura y las substancias que alteran la mente, en su justa medida.

¿Cómo haces frente a tus gastos? ¿Has tenido siempre los suficientes recursos para un periodo tan prolongado en la carretera?

Eso a veces resulta un misterio para mi también. Cuando empecé tenía 140€ y 51$ en efectivo y, en caso de necesidad, algo de dinero de emergencia en mi tarjeta de crédito , pero de algún modo me las he arreglado para seguir durante casi 3 años.

Más o menos estoy siempre en el borde de la bancarrota, con no más de 200 pavos en mi bolsillo. Me he quedado sin dinero varias veces, la peor de todas fue cuando me convertí en un sin techo en la calle en San Francisco, pero con el tiempo he aprendido a manejarme en la incerteza. Ahora sé que, aunque la situación parezca horrible, la solución se presentará siempre a tiempo, francamente, esto es lo que lo hace aún más interesante y bajo mi punto de vista, lo acerca al verdadero peregrinaje que en un principio intenté llevar a cabo.

Sin techo en San Francisco, California. otoño de 2015.

 

Ahora viajo unos 4 meses y paro en grandes ciudades, me emborracho, conozco gente, hago contactos, y tarde o temprano, tropiezo con algo, ya sea un trabajo o un voluntariado a cambio de comida y un sitio dónde dormir. He cosechado aceitunas en Italia, cocinado y limpiado en Turquía, servido copas en China, programado de software en Canadá y he sido recepcionista en un hostal en Colombia. He de dar las gracias a toda la gente amable y generosa cuyas donaciones y apoyo han jugado un gran papel para llegar hasta aquí.

 

¿Tienes algún consejo para la gente que quiera tener una experiencia similar viajando por el mundo en bici?

No esperes al momento perfecto, el momento es ahora, no esperes a tener dinero, hay un montón por todo el mundo, no te preocupes por el equipaje, no necesitas nada especial y probablemente ya tengas todo lo que necesitas. Sé atrevido, improvisa, ten claras tus prioridades y podrás arrancar el mes que viene. Todo lo demás se solucionará por sí mismo en la carretera.

 

Por lo que tengo entendido, sufres de una enfermedad seria ¿Cuanto te afecta en el día a día y cómo la tratas?

Me dijeron que tengo la enfermedad de Crohn, una inflamación crónica del intestino que debilita sus paredes, deja cicatrices y puede llevar a que sea intransitable. Para entenderlo de un modo sencillo, al inicio pasé medio año a base de diarrea y mucha sangre, pero mejoró mucho en Italia y sobre todo cuando pedaleé más lejos y más fuerte. Porque normalmente para controlarlo te dan una especie de hormonas esteroides, así que mi teoría es que lo estoy combatiendo produciéndolas de manera natural. Debería estar tomando también inmunodepresores, pero hace tiempo que no lo hago y son difíciles de encontrar cuando estoy en la carretera. En cualquier caso, no tengo seguro médico, de modo que a veces supone un riesgo, pero espero seguir encontrándome bien como en los últimos dos meses. Si no lo ves, no existe.

 

¿Con qué frecuencia te sientes triste y solo? ¿Qué es lo que más echas de menos?

De vez en cuando echo de menos mi anterior vida. Íbamos a la universidad, estábamos enamorados, la cerveza era barata y todo era sencillo. Echo en falta no tener que correr todo el tiempo, desde entonces es como andar descalzo por arena caliente, la playa es preciosa, pero no puedes quedarte mucho o empezarás a quemarte. Sí, en ocasiones me viene la melancolía, por suerte me hace escribir mejor. De todas formas ahora miro hacia adelante, porque los recuerdos pueden ser una vía de escape maravillosa, pero no debes quedarte en ellos.

Empujando su bici a través de la nieve en el paso de Tonmurun después de la ventisca. Kyrgyzstan, primavera de 2015.

 

¿Qué partes de tu viaje han sido las más peligrosas?

Bueno, casi me congelo hasta la muerte en la cordillera Pamir en Kyrgyzstan, me quedé sin agua en medio del desierto del Taklamakan en China y me caí al agua congelada de un río en Alaska. Pero la más peligrosa de todas fue remando el Mar Caribe, por si el abrasador sol, los mosquitos, las enormes olas y la ausencia de agua dulce no fuesen suficientes, un día volqué con la barca hinchable durante una tormenta, y ahí es cuando pensé por primera vez que todo había acabado. Vi como la mayoría de mis cosas se hundía, todos mis vídeos se perdieron, me corté gravemente los pies con el coral y estaba a 8 kilómetros de tierra firme. Me vi gritando de pánico como un niño pequeño.

 

¿Qué es lo que has perdido y lo que has encontrado durante el viaje?

Diría que quizá he encontrado un camino, pero he perdido la dirección.

 

¿Ha habido alguna amistad verdadera o algún lío amoroso por el camino?

Hay unas cuantas personas con las que aún mantengo contacto, con algunas incluso he quedado de nuevo en diferentes rincones del mundo, pero supongo que una de las lecciones más importantes de viajar es saber desprenderse.

En muy poco tiempo puede que llegues a intimar mucho con alguien, para que una semana después tengas que despedirte. De modo que necesitas apreciar los momentos especiales de hoy, porque mañana se habrán ido y puede que nunca los vuelvas a ver. Si no sabes desprenderte probablemente te pondrás a llorar.

 

¿Aún tienes hambre de descubrir nuevos países o estás valorando volver a casa?

Esto nunca ha tratado sobre países o atracciones. Simplemente de ir hacia adelante, conquistando las vastas distancias del este y, con suerte, reinventarme a mi mismo en el proceso. Y si alguna vez he llegado a aborrecer este simbolismo de ir de aquí para allá, he continuado y pensado: Estoy a 5 husos horarios de donde empecé, así que me las arreglaré para cerrar el círculo. Realmente estoy dando vueltas con poco más que el esbozo de un plan, tratando de sobrevivir y llevándome mi bocado de mundo. Para ser honesto, lo que me mantiene en marcha no es la urgencia de descubrir más, si no el creciente miedo a volver.

¡Aquellos fueron unos días calurosos y húmedos en el Río Napo! Matej se olvidó incluso de tomar precauciones respecto a la malaria, y no pudo evitar nadar sólo con su bañador. Para recorrer el tramo bajo del Río Coca, en Ecuador, hasta Iquitos en Perú, utilizó su barca hinchable con la bici encima. Esto le llevó exactamente 21 días como los de la imagen “¡Una de las mejores aventuras de mi vida!” Dijo Matej. Perú, Febrero de 2017.

¿Cual es la distancia más larga que has hecho en bici en un sólo día?

¡Al fin, una fácil! 241 km atravesando el Desierto de Taklamakan de la Provincia de XinJiang, en China.

 

Después de todo esto ¿Te sientes fuerte como ciclista? ¿Te atreverías a participar en alguna carrera tras tu regreso a la República Checa?

Si me hubieses preguntado justo al volver del este de China, te hubiese dicho que sí, sin duda, pero ahora no estoy seguro del todo. He recorrido en bici más de 12.000 km durante el primer año, 4.000 el segundo, y en este último he remado más que pedaleado. Veámoslo al volver.

 

¿Llevas la cuenta de cuantos países has visitado?

Ahora mismo el total es el precioso número de 50, 32 en este viaje en particular, en cualquier caso no soy de los de contar países. Viajas 1.000 km en Europa y puedes tachar una docena de tu lista, mientras que esa distancia no significa nada en China o Canadá. O vice-versa: Vuelas hacia San Petersburgo y marcas toda la inmensidad de Rusia como “visitada”. ¡Eso no le hace justicia! Intento ver el mundo como un conjunto y cubrir los sitios que no he visitado, en vez de reducirlo al concepto de fronteras.

 

¿Cómo navegas a través de los países extranjeros?

Amo mi anticuado mapa de papel y con él crucé Asia, sin embargo, ahora tengo el cargador USB y un teléfono mejor, así que me he vuelto cómodo y uso maps.me y el GPS cuando tengo dudas.

Lo que hubiese dado por tener esto en China o en Irán ¡cuando rodaba en la dirección en la que salía el sol! En realidad tenía un mapa de China, pero no demasiado detallado, tenía todos los nombres en caracteres latinos, al contrario que en las señales de la carretera. El único signo que entendía en aquel entonces era dóng (Este). Así que cada vez que lo veía lo seguía ciegamente, a veces pasaba días sin saber en qué carretera me encontraba.

¡Una cosa menos en la lista! Admirar la Aurora Boreal (o las Northern lights, si lo prefieres). Alaska, otoño 2015.

¿Cual fue la mayor sorpresa en cuanto a estereotipos nacionales? Temas como la hospitalidad y la ayuda al desconocido.

Esto se dio principalmente en Estados Unidos. Quizá fue mala suerte, pero fue el país en el que nadie te ofrecía espontáneamente comida, un café o un sitio donde dormir. No es que lo fuese buscando, pero en todos los países había siempre alguien que lo hacía, porque simplemente querían hacerlo.

A parte de esto, diría que los iranís no son unos fanáticos religiosos y que Colombia no es todo guerrillas y traficantes pero, por otro lugar, la mayoría de los chinos eructan, escupen y se tiran pedos en la mesa, y que los italianos, además de tener la mejor cocina, conducen como locos. Así que en cierto modo hay algo de verdad en todos los estereotipos, sean buenos o malos.

 

¿Hay alguna manera de que nuestros lectores te apoyen?

Bueno, en primer lugar quisiera alentar a todo el mundo que esté interesado a leer mi blog, y entonces, sólo entonces, si les gusta, encontrarán un manera de ayudarme. También puedes darle al like en Facebook y seguirme en Instagram, porque el apoyo mental también cuenta.

 

Al empezar con tu blog, esa búsqueda del amor fue la razón principal por la que decidiste lanzarte al mundo ¿Cómo te sientes ahora sobre esa decisión? ¿Has encontrado ya el amor?

Antes de que pudiese buscar nada más, tuve que olvidarme de la chica en cuestión, la que causó todo esto, pero resultó ser mucho más difícil de lo que pensé. Al menos he aprendido a vivir sin ella, pero el amor…

… cuanto más lejos llegué, más abstracto se volvió el mundo. Sobre el amor, me siento como un desierto yermo con nada más que piedras. Pero cuando levantas una, debajo encuentras una gran cantidad de vida, todo un ejército de cucarachas que son recuerdos de ella que se comen todo lo que haya podido crecer alrededor.

Con el tiempo, me he dado cuanta de que puede que aún la ame, y que este viaje no terminará hasta que vuelva al inicio, nos encontremos y nos enfrentemos al tiempo que ha pasado. Hasta entonces, he aprendido a vivir con ello, del mismo modo que con mi enfermedad.