¿Qué hacer con la bicicleta en invierno?

Escrito por Christopher Ashley

Hay un montón de razones para no rodar en invierno. Hace frío, hay poca luz, demasiada humedad y, lo peor de todo, en los lugares con heladas las carreteras estarán llenas de sal y arena que se acaban ‘cargando’ las bicicleta. Así que en We Love Cycling te vamos a dar nuestros argumentos para que sigas saliendo en invierno y puedas adaptar tu bici.

Argumento mecánico

Cada mecánico sabe lo malo que es el invierno y lo que puede perjudicar a su bici, pero eso no significa que necesites comprar una nueva para esta época del año. Gastaste un montón de dinero en la bici de tus sueños y el invierno no tiene porqué hacer que dejes de utilizarla.

Eso sí, necesitas cuidar la bici en invierno igual que en verano, aunque tienes que ser algo más concienzudo con algunos temas. En esta guía de mantenimiento de la bicicleta en invierno te lo explicamos. Adaptar la bicicleta al invierno es sencillo.

Argumento realista

El mantenimiento de la bici en invierno te puede desgastar a tí y a la propia bici, sobre todo si no tienes un taller con calefacción y debes limpiarla en el jardín. El agua se congela, los dedos se quedan sin sensibilidad y corres el riesgo de cortarte con el plato o los piñones.

La solución para los realistas en invierno pasa por comprarse un cuadro barato de aluminio de esos que no te preocupa que se salpiquen de la sal de la carretera. Además, una bici barata también tienen componentes más baratos. Así que guarda tu S-Works Tarmac en el garaje y ya disfrutarás de ella cuando llegue la primavera.

Argumento coleccionista

Si el invierno significa una excusa para comprarte otra bici, eres un coleccionista. Al contrario de lo que se suele pensar, el coleccionista no compra bicis por que le gustan. Las compran porque cada una es un nuevo modelo de diseño y tecnología.

Con una parte realista y otra mecánica, el coleccionista quiere una bicicleta construida para el invierno y que suponga un bajo mantenimiento para poder disfrutar de ella. Quizás una fixie, para calentar el cuerpo en las frías mañanas de invierno. O quizás un bicicleta holandesa de ciudad, con cubiertas de tacos y un gruesa capa de pintura sobre el cuadro de acero.

Hay una bici cada cada ocasión, ya sea gravel, ciclocross, descenso… ¿Por que no tener otra bici para atravesar el duro invierno?