Una arriesgada jugada ganadora
Sí, Gaudu había terminado tercero en la cima de la etapa 2 del domingo, colocándose tercero en la general a 8 segundos de Jonas Vingegaard (Visma–Lease a Bike). Pero eso debía haber sido un golpe de suerte, ¿no? Y él no es sprinter, desde luego no al nivel de Pedersen. Entonces, ¿qué pasó?
En un movimiento de auténtico maestro, cuando quedaban solo 75 metros para la meta y tanto Pedersen como Vingegaard le llevaban ventaja, Gaudu se lanzó por el interior de la última curva cerrada de la subida, ahorrando varios metros, y salió disparado como un cañón. Con unas pocas pedaladas superó a sus rivales y protagonizó una de las mayores sorpresas del año. Ni siquiera había pensado en ir a por la victoria esa mañana, hasta que un compañero de equipo le convenció.
“Esta mañana, en el bus, pensaba que era más para Pedersen, pero [Stefan] Küng me dijo que tenía un golpe final y que podía ganar hoy”, contó Gaudu a TNT Sports, todavía sonriendo. Además, reconoció el mérito de su equipo, que le mantuvo en las primeras posiciones del pelotón hasta la última subida (2,5 km al 3,2%).
“El equipo hizo un trabajo muy, muy, muy bueno. Nos mantuvieron delante todo el día. Estoy muy contento y muy orgulloso de ganar, por mí y por el equipo. Creo que es el mejor inicio de Vuelta que podíamos tener.”
No obstante, en su euforia Gaudu probablemente olvidó que Guillaume Martin, otra de las grandes esperanzas de GC de Groupama, se fracturó dos vértebras en la etapa 2 y tuvo que abandonar, por lo que el triunfo temprano de Gaudu supone un gran impulso moral para todo el equipo.
A la pregunta sobre su estrategia en ese último sprint hacia la meta, dijo que fue todo instinto: “Cuando vi a Pedersen lanzar el sprint a 200-250 metros, me desconecté por completo en la última curva y exprimí todos mis límites hasta la línea de meta”, explicó.

Primer liderato en un Grand Tour
Tras esa etapa, Gaudu quedó empatado en tiempo con Vingegaard en la cabeza de carrera, pero ocupó la segunda posición en la general debido a los resultados comparativos en etapas anteriores. Pero la fiesta continuó para Gaudu tras el sprint masivo de la etapa 4 del martes, en la que terminó 25.º, con el mismo tiempo que Vingegaard. Sin embargo, el danés llegó 42.º, lo suficiente detrás del francés para invertir la ventaja y poner a Gaudu con el maillot rojo de líder, un hito personal en un Grand Tour. Y lo logró en suelo francés, en la localidad de Voiron, donde finalizó la etapa después de que la Vuelta pasara los primeros tres días y medio en Italia.
Tras su “coronación” en el podio, Gaudu, sonriendo de oreja a oreja, declaró a TNT Sports: “Sin duda, (ir a por el rojo) estaba en mi cabeza esta mañana, pero realmente no sabía si luchar por posición en el sprint del pelotón porque es muy, muy peligroso. Pero con la sensación que tenía al final, simplemente fui a por ello. El equipo hizo un trabajo increíble. Estar en el podio fue increíble, con los aficionados franceses… es simplemente increíble y uno de los mejores momentos de mi carrera.”
La carrera de Gaudu ciertamente necesitaba un “mejor momento”, aunque la había empezado de la mejor manera posible: ganando el Tour de l’Avenir y el Tour de la Paix Sub-23 en 2016. Ese mismo año terminó quinto en el Tour de l’Ain. Al año siguiente fue segundo en esa misma carrera, detrás de su compatriota y entonces compañero de FDJ, Thibaut Pinot. Además, logró su primera victoria profesional en esa prueba, llevándose la etapa 3. En Francia empezó a crecer la idea de que podía ser un ciclista realmente especial.



